El fuego arrasó las reservas naturales de Punilla en un año para el olvido

Miles de hectáreas fueron devoradas por los incendios en las sierras de Punilla, donde no hubo localidad que pudiese salvarse del fuego en un año que entre la pandemia de coronavirus, la sequía histórica y la voracidad de las llamas quedará marcado en la historia de la región. Las reservas naturales del valle fueron arrasadas y reducidas a cenizas y hoy presentan un panorama desolador.

Se estima que la recuperación de la flora y fauna demandará cincuenta años y sectores que habían sido preservados por años y años (que además significaban el equilibro necesario ante el avance de los emprendimientos inmobiliarios) hoy son tierra quemada.

 Ayer, en Cruz Chica, uno de los sectores más privilegiados de La Cumbre, hubo que evacuar a sus habitantes. Similar situación se vivió en Los Cocos y en Capilla del Monte, Las altas temperaturas y las condiciones del viento fueron determinantes a la hora del avance de las llamas. 

Esta madrugada, gran cantidad de brigadistas pasaron la noche haciendo guardia de cenizas en distintos puntos donde hubo fuego.

El avance del fuego sobre la reserva de monos carayá, sumada al foco que llegó al Cerro Overo, Las Gemelas y las inmediaciones del Uritorco, terminó de coronar la devastación registrada en la reserva natural Camiare de Carlos Paz, en el cerro Pan de Azúcar, en la zona de Bahía Los Mimbres, El Pato y La Loma, en Copina, Icho Cruz y Las Jarillas y en Bialet Massé y Santa María de Punilla.