Jerónimo Luis de Cabrera, desobedeciendo a la Corona, fundó Córdoba

Jerónimo Luis de Cabrera, desobedeciendo órdenes de la Corona, llegó con una expedición de aproximadamente 100 españoles a orillas del río Suquía, en lo que actualmente es barrio Yapeyú.

Allí, en presencia del escribano del rey, su secretario y demás testigos labró el acta de fundación de la ciudad de Córdoba de la Nueva Andalucía, el 6 de julio de 1573, en el asentamiento que en la lengua originaria se llamaba Quisquisacate.

Al poco tiempo, se lo destituyó, se confiscaron sus bienes y se lo llevó prisionero por el cargo de usurpación y traición al rey. Jerónimo Luis de Cabrera sufrió la cárcel y mediante un juicio sumario fue condenado y ejecutado, pagando así un alto precio por su desobediencia.

La población se expandió sin su fundador y se trasladó, como él había decidido, al otro lado del río. Su segundo, Lorenzo Suárez de Figueroa dispuso la ubicación de la plaza principal, la iglesia mayor, el cabildo y las casas de los principales vecinos en un plano de 70 manzanas que data de 1577, con epicentro en la actual plaza San Martín.

La ciudad se convirtió en una gran aldea, en la Docta y en la Córdoba de las Campanas, en la revolucionaria y reformista, en la cosmopolita y turística. Se convirtió en el centro del humor, del cuarteto y en la Capital de los cordobeses.