Conmemoraron en Barranca Yaco los 184 años del asesinato de Quiroga

domingo, 17 de febrero de 2019 · 11:36

Barranca Yaco.- En una emotiva ceremonia, se conmemoró ayer el aniversario por los 184 años del asesinato del caudillo federal Facundo Quiroga, ocurrido en esa localidad cordobesa el 16 de febrero de 1835.

Ante un nutrido grupo de personas que se acercaron a conmemorar el aniversario se encontraron presentes: el intendente de Sarmiento Hugo Morales, el Director Nacional del Museo Jesuitico Carlos Ferreya, el intendete de Sinsacate Ruben N Ferreyra , el legislador departamental Carlos Ciprian y la directora del museo de la ciudad de Jesús María Carmen Moyano.

El asesinato de Facundo Quiroga

A fines de 1834 estalló una guerra civil entre las provincias de Salta y Tucumán, cuyos gobernadores, Pablo Latorre y Alejandro Heredia, se habían enemistado por la autonomía de la provincia de Jujuy. El gobernador Manuel Vicente Maza envió a mediar al general Quiroga, con instrucciones especialmente escritas para él por Rosas, que lo acompañó un tramo del viaje.

En el viaje de ida, varios amigos le avisaron que los Reinafé querían matarlo; pero desoyó los avisos y siguió camino sin problemas. Al llegar a Santiago del Estero se enteró de que la guerra civil en el norte había finalizado y que Latorre había sido asesinado. Se dedicó a mediar para lograr una serie de tratados entre las provincias del norte, entre cuyas cláusulas figuraba la autonomía jujeña.

Iniciado su camino de regreso a principios del año siguiente, tuvo nuevos avisos sobre que había planes para asesinarlo. Pero tal vez tenía más miedo a pasar por cobarde que a la muerte. El 16 de febrero de 1835, una partida al mando del capitán de milicias cordobés Santos Pérez emboscó su carruaje en los breñales de un lugar solitario llamado Barranca Yaco, en el norte de la provincia de Córdoba. Quiroga se asomó con tono envalentonado (algo que le había dado buen resultado en las batallas) por la ventana de la galera exclamando

«¿Quién manda a esta partida!»,  siendo -como toda respuesta- muerto de un tiro en un ojo por Santos Pérez. Su cuerpo fue luego tajeado y lanceado, y todos los demás miembros de la comitiva fueron asesinados también. Entre ellos se contaba su secretario, el ex gobernador de la provincia de San Luis, José Santos Ortiz y un niño.

El cuerpo de Quiroga fue inhumado en la Catedral de Córdoba, aunque luego a petición de su viuda -Dolores Fernández- y del mismo Rosas fue enterrado en un panteón aún existente en el cementerio de la Recoleta de la ciudad de Buenos Aires.

Al saberse quién había sido el asesino, el cargo sobre el asesinato de Quiroga recayó sobre los hermanos Reinafé. Éstos fueron derrocados y ajusticiados unos años más tarde junto a Santos Pérez. Los opositores a Rosas lo acusaron de estar tras el homicidio. Tal vez fue asesinado por venganza, pero también para favorecer a Estanislao López; si fue así, el plan fracasó por completo: López perdió el control de Córdoba y Entre Ríos, y también mucho de su prestigio. Todo el poder en la Argentina pasó rápidamente a Rosas.

La trágica muerte de Facundo Quiroga dio vida a composiciones folclóricas, literarias y leyendas populares tanto entre los gauchos que lo amaron y temieron, como entre las personas cultas. La leyenda de Facundo que nace en Barranca Yaco perduró, al punto de que en el siglo XX Jorge Luis Borges -como otros autores- lo recordó con una memorable poesía considerada entre los más alto de la literatura castellana.

El cadáver de Facundo Quiroga, por decisión de sus familiares, se encuentra en Buenos Aires, en el Cementerio de la Recoleta. Allí se conservó el monumento funerario, pero su féretro fue escondido en una pared tras la caída de Rosas en 1852, para evitar venganzas sobre su cadáver de parte de los enemigos de ambos. Fue redescubierto el 9 de diciembre de 2004.

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