El mundo que mira a Carlos Paz

miércoles, 17 de julio de 2019 · 20:38

Carlos Paz. Algunos partieron para buscar nuevos horizontes laborales, otros salieron decididos a perseguir sus sueños, otros se propusieron recorrer el mundo y comenzaron una increíble aventura de kilómetros y kilómetros, hay cientos de historias de carlospacenses que dejaron la ciudad hace años y hoy viven en el exterior. Con motivo de los 106 años de la fundación de Carlos Paz, EL DIARIO habló con algunos de ellos para conocer cómo la ven a la distancia y qué cosas extrañan.

Tres años pasaron de partida de Antonella Bosiak a Santo Domingo (República Dominicana), esta joven editora y documentalista se encuentra trabajando de lo que ama en tierras caribeñas y relató: «Por suerte me va súper bien y trabajando de lo que amo y bastante bien pago. Aquí me siento útil. Lo que sí es que a pesar de que aquí la gente caribeña es bella, amigable y todos dicen “buen día” y “gracias”, extraño cosas como la espontaneidad de los amigos y la cercanía. Escribir un mensaje diciendo ¿qué haces? ¿Nos tomamos unos mates ? o esta noche hago unas pizzas, venganse a casa. Y saber que eso se concreta entre amigos. Obviamente extraño mi familia, amigos y mascotas, extraño los códigos que compartimos entre la gente de mi edad. Extraño los paseos en las sierras, la cercanía con los eventos culturales en Córdoba, los espacios verdes (si es que todavía están igual a cómo los recuerdo). Extraño el conocer a casi todos, caminar por la calle y encontrarte a conocidos que me han visto crecer, que me pregunten por mi familia, ese tipo de cosas. Siento que en Carlos Paz somos más o menos como una gran familia, todos conocemos un poco de la historia de los otros. Cuando camino por Carlos Paz, en cada rincón tengo recuerdos».

Leónidas Ghione es deejay en un complejo hotelero, está radicado en San José del Cabo (México) y define como su lugar preferido de la ciudad las playas del río San Antonio. «Lo que más extraño de Carlos Paz son las caminatas por la costanera en épocas de frío, me encanta el paisaje y caminar por la villa. La verdad que siempre eran muy bonitas las idas al río y todos los entornos naturales que están cerca de la villa y siempre llenaban mi alma de tranquilidad»; puntualizó a este medio.

Desde la lejana Edimburgo (Escocia) y tras permanecer por años en Alicante (España), Alejandra Romero contó que estuvo trabajando para Booking Empresas y que actualmente se desempeña en un supermercado, al tiempo que renovó su amor por Carlos Paz. «Yo la veo bonita, no se conoce mucho acá del extranjero. Yo vivo en Edimburgo y en España y todos se creen que Argentina es Buenos Aires y la Patagonia. Después de siete años, mi última visita fue en enero y la encontré muy bonita. Muchas cosas nuevas y muy crecido, me topé con el problema del lago pero aun así la encontré muy linda y cambiada para mejor. Llevé a mi novio español por primera vez y le gustó».

Micaela Chiaraviglio se instaló en Berlín (Alemania) donde trabaja para un banco online (N26) luego de haber vivido un año en Ámsterdam (Holanda) y explicó: «No importa cuánto te encante tu nueva vida lejos, hay algo que no se puede cambiar y son las ganas de regresar aunque sea unos días a tu tierra; porque no es solo la familia y amigos lo que se extraña, sino también ese lugar donde te sentís cómodo porque lo conoces como a vos mismo, donde te criaste e hiciste calle, tu lugar. De las cosas que más extraño de Carlos Paz, es la sensación de saber que es una ciudad pero con espíritu de pueblo. Siempre encontrás un conocido por la calle y hay recuerdos desperdigados en muchos rincones. Extraño la calma, el lago y las montañas adornando las tardes, porque no importaba el día, siempre era una buena idea pasar por la costa a tomar un matecito al sol con amigos, lejos del bullicio y el caos. Sé que cambió mucho y lo seguirá haciendo, es una constante en la vida, pero la esencia de lo amable, cercano y familiar que tanto extraño, siempre perdurará».

Hace tres años, Julieta Cámara dejó la ciudad y comenzó a recorrer el mundo. Actualmente, vive en Dubai, donde se desempeña como tripulante de cabina. Durante una entrevista, aseveró: «Siento que por más que muchas veces opte por vivir afuera para conocer que había algo más allá de nuestra ciudad, no hay una vez que no vuelva y la vea con esos ojos nostálgicos. Por ahí, pasan siete meses que no voy y extraño la familiaridad de estar rodeada de gente con la que creciste toda tu vida, esos rincones de la ciudad que te traen miles de recuerdos y te ponen la piel de gallina, ir caminando por la calle y reconocer y saludar con un beso y un abrazo a alguien con quien compartiste alguna etapa de tu vida». «Yo vivo en una ciudad muy grande y me estoy moviendo por el mundo constantemente por mi trabajo. Sin duda, extraño las cuatro estaciones que vivimos en Argentina, la comida en familia, pasear los perritos por la costa, juntarse en tu casa o un barcito con tus amigos en el medio de la semana y ponerte al día cerveza mediante. Hoy estoy conociendo otros rincones del mundo pero no hay como sentirse en casa, en mi ciudad».

Javier Pérez Forte es músico y fue premiado como uno de los «100 ciudadanos destacados» con motivo del centenario de la ciudad, hace 31 años que se encuentra radicado en Milán (Italia) y manifestó: «Tengo la satisfacción de poder viajar todos los años a reencontrarme con Villa Carlos Paz y esto significa para mí, la familia, los amigos y los recuerdos relacionados con todo lo que una persona pueda vivir desde la infancia hasta terminada la universidad. Lo que pueda extrañar realmente de la Villa no es algo que pueda encontrar físicamente, dado que el famoso «todo cambia», es una de las mayores especialidades de Carlos Paz. Los «lugares de la infancia» ya no existen; viven en la memoria. Pero de todos modos, es agradable mirar el cielo azul cordobés, las sierras, el lago y reconocerse todavía en ellos. Fui docente en algunas escuelas secundarias de la ciudad antes de mi partida; y cuando algún «viejo» alumno me saluda por alguna de las calles que suelo transitar, tomo consciencia de que «de allí» provengo, aunque tantos años hayan pasado».

Sebastián Costa es periodista, actualmente se desempeña en la administración de la empresa GE HealthCare de equipos médicos y se encuentra radicado en San Pablo (Brasil). «Se extrañan varias cosas, pero quizás lo que más se extrañan son los afectos. Creo que la mayoría que esté afuera te va a decir eso». «Mi lugar preferido de Carlos Paz es la costanera, sin dudas. Me encanta sentarme frente al lago en un día soleado, tomar unos mates o ir a algún bar. Me gustaría volver, no me veo toda mi vida acá y no es fácil. El ritmo de vida en una ciudad como San Pablo es pesado, si tenés la suerte de trabajar de lunes a viernes y cerca de tu trabajo, la calidad de vida aumenta mucho. Pero sino salís muy temprano para llegar bastante tarde, las distancias son interminables»; reconoció.  

Agustina Baral vive en Dallas (Estados Unidos) y contó: «Lo que más extraño de Carlos Paz es la calidez de los afectos, la cuestión social que tenemos, disfrutar de las cosas simples. Extraño las tardes de mates en la costa y saludar a la gente con un beso, porque acá la gente no se junta espontáneamente y todo es como sacar un turno para el doctor. Es demasiado esquematizado».

Desde Salerno (Italia), Álvaro Oviedo habló con El Diario y dijo: «Carlos Paz tiene una impronta y una vida social muy rica debido a la diversidad de gente que llega de los distintas partes del país. Enclavada en el medio de un paisaje inigualable, ni pueblo, ni metrópoli, esta ciudad contiene los mejores atributos de los dos. Se extraña el ritmo pausado de la ciudad durante el año y la vorágine durante el verano, como así también la calidez de su gente y la expectativa de quienes la visitan».

Por su parte, Jorge Díaz Gottardi se encuentra instalado en Valencia (España) junto a su pareja Isabel Gómez y juntos administran una librería en el histórico barrio del Cabanyal. «A la ciudad la veo diferente, yo extraño esa Carlos Paz que olía a villa serrana y crecía en consonancia con el medio. Carlos Paz tiene bastante verde, pero en comparación con lo que era, ya casi no tiene. Era más salvaje, pero a mí gusto, más bonita también. Creo que la ciudad de hoy tiene sabor a poco, está basada para un turismo express, un turismo de selfie»; expresó sobre su visión de la ciudad. En relación a las cosas que extraña a la distancia, Jorge sostuvo: «Lo que más extraño son los mates con criollitos, los asados con amigos, el hecho de estar tomando un café solo y de repente estar rodeado de seis personas. Mi lugar preferido es Sol y Río, esas caminatas por las orillas del río San Antonio. Acá tengo la playa de Malvarrosa, que es preciosa para una noche de verano con algunas cervecitas y buena compañía, pero son cosas bien distintas que me hacen igual de feliz».

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