La obra completa de Manolo Juárez llega al universo digital

Será desde el 6 de noviembre.
martes, 3 de noviembre de 2020 · 10:30

La obra del gran pianista, intérprete y compositor Manolo Juárez se lanza en forma completa digital. Se trata de trece discos remasterizados y recopilados por Manolo junto a su hija Mora que ahora salen a la luz reunidos como catálogo a través del sello The Orchard.

Este trabajo arqueológico-musical recorre más de cincuenta años de producción de una vasta y variada obra del que fuera miembro fundador de la Escuela de Música Popular de Avellaneda, primera escuela de música popular de Latinoamérica. 

El flamante corpus incluye folclore, tangos, obras de cámara, sinfónicas y para instrumentos, lo que refleja la vanguardia y eclecticismo de este personaje fundamental de la cultura argentina. Discos del Trío Juárez, de Juárez-Vitale, Juárez-Homer, concierto en vivo en el Teatro Colón de Buenos Aires, solos de piano o en formación cuarteto son algunas de las propuestas de esta colección que es un viaje a una parte importante de la historia de la música popular argentina del siglo XX así como a las profundidades de la música misma.

Dice su hija Mora Juárez: “El proyecto de catálogo y archivo de la obra de mi padre fue una tarea que comenzamos hace tiempo pero que este año fue significativo no solo por su partida sino principalmente por la importancia de nuestro diálogo intenso y cotidiano durante el proceso. Mi papá dejó una gran impronta en la cultura de nuestro país, un legado que comienza a materializarse.

Allá por el 2012 empezamos a recuperar los derechos discográficos de su obra. Teníamos como objetivo que algún día se volviera a escuchar su música, ya que muchos discos estaban descatalogados. Años anteriores, a partir de un regalo que le hizo Guillo Espel (quién pasó la música de los LP´s a CD), pensamos que era posible avanzar aunque no tuviéramos las cintas originales.

En 2013, el técnico Gustavo Segal trabajó con el material, y luego, mi papá trabajó durante dos años junto al ingeniero Mario Breuer para masterizar todo el material. Fue en aquel momento que pensé en la idea de MANOLO JUÁREZ EN EL MUNDO DIGITAL.

En medio de todo el trabajo, en 2014, nos escribieron desde Japón para editar sus primeros cuatro LP. Estas ediciones dieron un nuevo impulso.

En el 2015 llegó un merecido y hermoso homenaje con la edición del CD Antología 1. Esto sirvió para seguir pensando y tener en las bateas algo de la música de aquellos LPs.

Entre trabajos personales y la vida cotidiana fui reconstruyendo información y conversando con referentes del medio y de alguna manera dimensionando el trabajo que era reconstruir la obra de mi papá, por su vasta producción popular y clásica, algo que en este tiempo pude comprobar.

No fue sino hasta la pandemia que pudimos hacerlo. La cuarentena me trajo grandes momentos con mi viejo, inolvidables… pudimos compartir en familia. Pero también, la pandemia se lo llevó de un momento a otro.

En algún lugar dentro de mí suponía que este era su último tiempo. Esas sensaciones inexplicables y que al percibirlas también las dejamos a un costado porque ¿cuánto cuesta hacerlo consciente, no?  Hoy sé que en este compartir la magia de la despedida estuvo presente. 

Empezamos en abril. 

Le propuse editar su catálogo (que ya estaba masterizado a partir de los vinilos). Solo había que empezar. 

Y allí nuevamente las dudas. Hablar con colegas por estrategias, etc. No es fácil el trabajo sobre una obra/catálogo y más de la magnitud de Manolo y de mi viejo. 

Una de las metas que siempre tuve fue que él pueda disfrutar su música en las redes con su público, en los medios, etc.  Pero no llegamos. Es algo que lamento pero también me doy cuenta la importancia que tuvo ese proceso y que aún hoy sigo descubriendo.

En esas charlas, uno de mis amigos me dijo algo que para mí fue sorprendente: que él no podía pensar la última obra de mi viejo sin ver el trabajo juntos.

Como una especie de sociedad del artista y el curador (que en este caso se suma el hecho de que somos padre e hija).

Le propuse filmarlo, hablar los dos de cada disco, de anécdotas; que sus palabras apoyarán la promoción de su música. 

Hacer este tipo de registro es algo que siempre esperé que haga otro por conocimientos o técnica. Pero esta vez, con el impulso y el empujón de amigos, arrancamos el 28 de abril.

Empezamos a filmar mientras trabajamos con el archivo y sus discos. 

Un día le comenté a un amigo que no encontraba la dinámica adecuada, entonces me dice: vos filma, todo, siempre, filmá. Después se ve. 

Y eso hice, filmé. Pasamos del disco en su estudio a los almuerzos los domingos.

Hoy veo esos registros y entiendo todo este tiempo con mi papá de otro modo.

Entre filmaciones, fui trabajando con su catálogo, la selección y escaneo de más de 900 artículos de prensa y programas de mano, algo que al día de hoy sigo haciendo junto a mi mamá.

Este trabajo me hizo descubrir a un artista, gestor y un maestro en 360°. Lo entendí y resonó de otro modo. Vi a mi viejo sosteniendo su pensamiento a lo largo de toda su carrera... verlo así a través de los documentos fue muy importante. Entendí la importancia de una obra y un catálogo.

Un día le presenté el proyecto sobre su música, obra y archivos, el trabajo que hacíamos juntos; lo miró, me escuchó y me dijo: lo que vos digas está bien. 

Con esa mirada y palabras de amor voy a recordar este tiempo compartido.

Y pienso:

Un artista y un maestro es quien deja una huella, un legado.

La obra de un artista es una obra en el tiempo. 

Y mi viejo es para siempre”.

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