La alegría después del coronavirus

Carlos Paz: Un milagro de Navidad llamado Pablo

EL DIARIO y una entrevista exclusiva con el enfermero que contrajo COVID-19 y estuvo al borde de la muerte. Agonizó 34 días.
miércoles, 30 de diciembre de 2020 · 12:28

Por Magalí Farías

Redacción El Diario de Carlos Paz

 

«Me cambió la vida para siempre»; confiesa Pablo Miranda Soto, el enfermero del Hospital Sayago de Carlos Paz que contrajo coronavirus y estuvo al borde de la muerte. Tras haber permanecido internado en terapia intensiva y con respirador artificial por 45 días, tuvo una milagrosa recuperación, recibió el alta médica y el pasado 25 de diciembre, celebró la Navidad con su familia. Una entrevista exclusiva de EL DIARIO, una historia de vida conmovedora.

«Me diagnosticaron el lunes 1 de noviembre, me aislé en casa con mi mujer y el jueves 4 de diciembre, fuimos a hacernos un chequeo en el Hospital Funes, los estudios no dieron bien y decidieron internarme. A los dos días, me pasaron al área de terapia intensiva con asistencia respiratoria, donde estuve 34 días. Después me pasaron al internado, cuando yo había bajado 25 kilos y comenzaba a recuperarme. El 22 de diciembre fue el gran día, gracias a Dios y a las oraciones de tanta gente que rezó por mí»; contó Pablo, a través de un diálogo por videoconferencia.

«Cuando comenzó la pandemia, estábamos bien y creíamos, como todo el mundo, que atravesaríamos la enfermedad tranquilos. Pero cuando el virus empezó a evolucionar y cada vez se ponía peor, empecé a dudar. Cuando uno tiene información de primera mano, es peor, porque todo resulta angustiante. Por suerte, la contención de los médicos y sobre todo del área de terapia intensiva, fue fundamental»; agregó.

Cuando todavía seguía internado, Pablo conoció la noticia del fallecimiento del doctor Julio Portillo (junto a quien trabajaba en el Hospital Sayago) y reflexionó: «No deja de ser doloroso, teníamos muchos momentos compartidos y trabajamos juntos. Era un profesional muy respetable y muy buena persona. Cuando me enteré, no dejaba de pensar que podría haber sido yo».

Tras haber regresado a su casa en Bialet Massé, reconoce haber cambiado su vida. «Hoy las pequeñas cosas, que antes uno hacía mecánicamente, hoy las disfruto muchísimo. Cosas simples, como ver el amanecer, el canto de los pájaros, el verde del pasto, de los árboles. Yo antes me levantaba, me duchaba y al trabajo, comenzaba mi día a las cuatro de la mañana y llegaba prácticamente a la noche a mi casa. En ese momento, uno piensa que está bien porque lo hace por el bienestar de su familia, pero el verdadero bienestar es cuando uno comparte. De aquí en más, uno de los planes que tengo es disfrutar de mi familia y estar con mi mujer que es de fierro. Te cambia la vida, si no te la cambia, es porque no entendiste nada»; consideró.

«Quizás haya muchas de las personas que no se cuidan a quienes no les tocó de cerca, yo soy el vivo ejemplo de que la enfermedad está entre nosotros y es peligrosa. Nosotros tomamos todos los recaudos como el lavado de manos y nos cuidamos mucho, incluso alguna pensará que somos exagerados. No minimicemos esto, porque el coronavirus sigue entre nosotros y nos puede tocar en cualquier momento. Después de casi dos meses en cama se pierde mucha masa muscular, así que recién después de un par de días me empecé a sentar solo. Me duele todo y estoy dando algunos pasos con el andador. Dar un par de pasos me agota, mi hija es kinesióloga y me ha ayudado mucho, pero me quedó una escara y cada vez que voy al cirujano, es muy doloroso. No bajemos la guardia»; completó.


Sobre la vacuna

«Creo en ella, los invito para que se decidan y se vacunen. Es mas que necesario que todos estemos vacunados, porque es una forma de cuidarnos y cuidar a nuestras familias»; aseguró Pablo, consultado sobre la llegada de la vacuna rusa Sputnik V.

Galería de fotos

Comentarios