Aislamiento

Los wichís, el coronavirus y el nuevo rostro de la muerte

viernes, 27 de marzo de 2020 · 17:18

La población wichí que habita el monte chaqueño vive en aislamiento y suma muertos, pero no por el coronavirus. Desde hace tiempo que la desnutrición y la tuberculosis están golpeando con dureza a las comunidades del Impenetrable. Acá hay un asesino más cercano y peligroso que el COVID-19: el hambre.

En los últimos tres días, murieron tres niños. Un pequeño de seis meses falleció el martes 24 de marzo en el Hospital Santa Victoria Este, un día después, murió un niño de un año y tres meses en la comunidad Vertiente Chica y ayer, murió la hermana de esté último, una niña de cinco años.

El desmonte agotó los pocos recursos que tenían las poblaciones del monte y cada vez se hace más difícil la subsistencia de las comunidades originarias. La falta de agua y recursos económicos juega un papel fundamental, la muerte no distingue edades y lo que más escasea es la vida. Muchas comunidades tienen enfermos crónicos que sobreviven día a día sin medicación, hasta que un día el cuerpo no aguanta más y ahora la muerte sumó un nuevo rostro.

La cercanía de Embarcación con las comunidades, preocupa a los médicos de Misión Chaqueña. Y es que si el coronavirus llega a esta población donde es importante la población originaria, hay riesgo de que terminen infectando a sus familiares en el monte y eso provocaría un verdadero desastre humanitario.

El peligro acecha y todos lo saben. Pero esta realidad no solo afecta a los Wichís, también a los Qom. En Chaco, una de las provincias que concentra la mayor cantidad de muertes e infectados con COVID-19, hay grandes asentamientos de población originaria a menos de una hora de la ciudad de Resistencia.

La situación se agrava porque muchos están obligados a viajar con cierta frecuencia a las ciudades para conseguir alimentos y hacer changas y otros, reciben la visita de sus familiares que vienen de localidades donde hay casos sospechosos y contagios.

El doctor Rodolfo Franco es médico de la Misión Chaqueña y Carboncito y dijo a El Diario: «Estamos trabajando con las dos comunidades, donde viven alrededor de seis mil personas y muchísimos niños. Son familias numerosas y tenemos varios problemas, la desnutrición crónica de los habitantes que tienen hematoclitos bajos, anemia porque no comen carne (pese a que antes eran muy carnívoros) y enfermedades provocadas por el desmonte del Chaco Salteño».

«Son muy susceptibles a las enfermedades y hasta hace muy poco, teníamos problema con el agua. Ahora el Ejército Argentino está proveyendo de agua potable a las comunidades y ojalá que se construya una planta potablizadora para toda la región, donde hay alrededor de quince mil personas repartidas en varias comunidades. Hoy estamos con el tema del coronavirus y la gente está aislada, pese a que siempre estamos aislados. La población más cercana es Embarcación, que está a cincuenta kilómetros. La gente ahora no está yendo al pueblo y esperamos que el coronavirus no llegue para estos lados. Es una población mal alimentada, con poca higiene porque no hay recolección de residuos y con falencias de vivienda (muchos viven en tiendas de naylon), podría provocar muchos problemas de mortalidad»; reconoció el médico.

«La gente no tiene miedo, pero son muy respetuosos de lo que está pasando. En la medida de lo posible, se están quedando en sus casas cumpliendo con la cuarentena y los cultos fueron cerrados. Creo que hay una enseñanza, un modelo que ellos marcan, en cuanto a respetar lo que está sucediendo pero no dejarse arrinconar por el miedo»; explicó Camila Liberal, presidenta de la ONG Deuda Interna. «Las circunstancias de aislamiento y la falta de alimentos agudiza una situación histórica: el hambre. No tienen acceso al trabajo informal, cesaron sus tareas y padecen el aumento de los precios y la especulación. Esto complejiza las posibilidades de alimentarse en términos familiares»; agregó.

«También hay una cuestión particular en el departamento San Martín (cerca de la ciudad de Embarcación) donde se encuentran las comunidades de la cuenca del Río Bermejo y en particular, poblaciones como La Esperanza, Carboncito y Misión Chaqueña, donde el alimento llega por transporte público. Lo que esta sucediendo es que estan viniendo de otras comunidades a vender productos en camioneta. Llega gente desde la ciudad de Orán, donde hubo un caso de coronavirus, para vender productos y es un amenaza. Sinceramente, creo que esta epidemia en algún punto no es novedad para los wichís, a ellos los persigue la muerte desde hace mucho tiempo con una epidemia que es curable, que puede revertirse y que tiene como solución políticas públicas y el diseño de una planificación seria para terminar con el hambre»; completó.

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