Un carlospacense crea cabinas sanitizantes contra el coronavirus

Ante la amenaza de la pandemia, un carlospacense comenzó a fabricar cabinas sanitizantes para hacer frente al avance del coronavirus en la Provincia de Córdoba. Edgardo Astiz es propietario de la empresa DAPHEY y se encarga del diseño y desarrollo de diferentes productos como básculas, equipos de frío monitoreados por GPS, equipos para automatizar el proceso de fermentación de la cerveza y otros avances tecnológicos.

Semanas atrás y ante la inminente proliferación de los casos en el país, creó módulos que son necesarios para desinfectar establecimientos como oficinas de atención al público, locales comerciales y sedes gubernamentales.

«Somos una empresa que se dedica a los desarrollos tecnológicos en base a problemas y necesidades que nos plantean. Venimos fabricando unas básculas autoportantes para camiones que son únicas en el mundo, precintos electrónicos, equipos de frío monitoreados por GPS, seguimientos satelitales, lonas inteligentes que cuando se cortan suena una alarma y equipos para automatizar fermentación de cerveza, entre otras cosas. Siempre estamos atentos a las necesidades de la gente y cuando se impuso la cuarentena, teníamos la necesidad de ver cómo nos manteníamos activos y pensamos que podíamos fabricar cabinas sanitizadoras»; destacó Edgardo a El Diario.

«Fabricamos dos modelos, una que es una columna y otra que es como un túnel. En Carlos Paz, tenemos instalada una en los Bomberos Voluntarios y otra en una pizzería en el centro. Tenemos pedidos también de otras empresas, como por ejemplo el Supermercado Disco. Son cabinas sanitizadoras o sanitizantes construidas con una buena chapa, bombas italianas y un sistema eléctrico que se enciende solo y corta la electricidad en caso de una anomalía. Tiene instalado disyuntores y térmicas y es muy efectiva para este momento que estamos atravesando»; señaló.

«Yo soy docente y formo parte de un grupo que está compuesto por chicos de Carlos Paz que se dedican a la robótica y a los videojuegos, con muchos de ellos trabajamos mucho y somos de alguna forma, la industria oculta de la ciudad. Siempre estamos generando proyectos que incluyan a los chicos, porque hay muy buena capacidad técnica y mucha inteligencia en nuestra ciudad. Ya tenemos más de sesenta cabinas vendidas y muchos pedidos más y empezamos a construirlas hace apenas una semana»; reconoció Astiz, quien completó: «Los precios varían, pero el sanitizante más chico cuesta entre 30 y 40 mil pesos y depende la modificación que le hagas. El sanitizante con forma de túnel, lleva más material y es una construcción innovadora».