Villa Carlos Paz

La inspiradora historia de Rocío Agusti, a tres años de haber superado un tumor

jueves, 23 de julio de 2020 · 20:14

Rocío Agusti es una joven carlospacense de 27 años, arquitecta y una deportista destacada dentro de la actividad náutica de nuestra ciudad. Sin embargo, muy pocos conocen que hace tres años, enfrentó uno de los momentos más críticos de su vida cuando le diagnosticaron un tumor en la cabeza. En una entrevista exclusiva con El Diario, la integrante de la primera tripulación femenina de vela de Villa Carlos Paz decidió contar su historia.

«Esto es algo nuevo para mí, no soy de contar mis sentimientos, pero se me ocurrió escribir y publicar lo que sentí hace tres años. El 18 de noviembre de 2017 estaba desayunando lo más bien y sufrí una convulsión, como que se me apagó el cerebro y me desperté en el hospital de Carlos Paz. Ahí me hicieron una tomografía y detectaron que tenía una mancha en el cerebro. Me llevaron en ambulancia a Córdoba para que me hagan una resonancia y me dijeron que solo era un quiste, estuve un par de días internada y después ya pude volver a mi casa. Me dijeron que el quiste me lo tenían que sacar, que era de fácil acceso y lo mejor era sacarlo rápido. Después me vio un neurocirujano y me dice que tenía era un tumor y que estaba cerca del área del cerebro que permite el habla»; relató la joven deportista.

«Yo fui procesando todo de a poco, al principio me dijeron que tenía un quiste y lo tomé como algo normal, después cuando me dijeron que tenía un tumor, me empecé a preocupar. Me informaron que era algo chiquito y que no pasaba nada. Después cuando me dijeron que estaba cerca del área del habla, ahí me dio un poquito de miedo. Pero tenía que seguir con mi vida y hacer todos los trámites lo más rápido posible, porque me tenían que operar antes de diciembre y estábamos en 25 de noviembre. La resonancia que me tenía que hacer era compleja y el turno no me lo daban tan rápido, ya que la obra social me tenía que aprobar todo. Cuando el cirujano ve los resultados, me dice que el tumor estaba a cinco milímetros solamente»; agregó.

Sin lugar a dudas, no fueron momentos fáciles. La operación requería que. en medio de la intervención, Rocío se despertara para ver cómo respondía a los estímulos. «En ese momento, traté de tomarlo con la mayor tranquilidad posible. Al médico le preguntaba si iba a poder cumplir con algunas competencias que tenía previsto para esos próximos meses, le preguntaba si podría salir a bailar. El 20 de diciembre me internaron y el jueves 21 me operaron. Antes de la operación, les pedí a los médicos que me sacaran una foto con la cabeza abierta y bauticé al tumor como Tito, una tontería. Me durmieron para la operación y al rato me despertaron, yo me desperté un poco anestesiada y ellos se reían por las cosas que decía»; recordó.

«La neuropsicóloga me iba haciendo preguntas, yo con la cabeza abierta y el neurocirujano me pinchaba para ver en qué parte no podía tocar para que no me afecte el habla. Después me despierto en la terapia intensiva, estuve algunos días ahí y la verdad es que no me sentía muy bien, tenía muchos vómitos y no podía tomar nada. Me mandaron a hacer una resonancia y después me pasaron a sala común. A los días me dieron el alta, el 24 de diciembre y pasé Navidad en casa. Antes de fin de año, pude sacarme la venda y diez días después, me sacaron los puntos. Me acuerdo que se me empezó a caer el pelo y tuve que empezar a tomar algo para que volviese a crecer»; expresó Rocío, durante la entrevista concedida.

Sin embargo, los médicos le encargaron que se controlara periódicamente, pero reconoce que estaba aterrada de volver. «Desde entonces, me hago controles cada medio año con un neurocirujano, me hago resonancia y por suerte, el tumor no volvió a crecer más. En realidad tengo dos tumores, pero uno es chiquito y no tiene complicaciones. El mayor aprendizaje que me dejó todo esto es que no hay que enojarse por tonterías y todo eso. Lo que yo aprendí es que hay que disfrutar cada momento, porque te pueden aparecer muchos momentos grosos y es uno el responsable de elegir cómo nos afectarán. No hay que ponerse mal por lo que a uno le toca, hay que resolverlo de la mejor manera posible. Hay que mantener la positividad al máximo»; reflexionó la joven deportista, quien completó: «Ahora estoy bien, solo tomo unas pastillitas cuatro veces al día».

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