La vida de una carlospacense en Dubai, la ciudad más lujosa del mundo
Agostina Ciancaglini es una arquitecta con su corazón partido entre Carlos Paz y Rosario. Hace seis meses trabaja en Dubai, Emiratos Árabes, considerada la ciudad de futuro.
La arquitecta Ciancaglini, que está trabajando en el desarrollo de mansiones, edificios, paisajes y otras grandes construcciones, cuenta la experiencia de una joven profesional que trabajó en Italia y actualmente se destaca en una sociedad con una cultura muy diferente, islámica, donde tuvo que vencer los prejuicios por ser mujer.
«Dubai es algo que no me esperaba y creo que todo fue gracias a que viajé hace casi cuatro años a Egipto, durante unas vacaciones de la universidad. Yo estaba estudiando en Italia, me recibí en un acuerdo entre la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad de Salerno y cuando estábamos en Egipto, conocí a un arquitecto y fue él quien me contactó en diciembre del año pasado. Me preguntó que estaba haciendo, si seguía en Italia y justo yo estaba con la duda de seguir con esta experiencia en el exterior, porque si bien me enamoré de Italia, a nivel vanguardia y arquitectura no era lo que estaba buscando. La propuesta que me hizo, fue justo lo que estaba buscando. Tenía en mente irme a Australia, pero salió Dubai y acá estoy»; contó.
«Fue todo muy rápido, yo estaba en Rosario visitando a mi abuelo cuando me informaron que fui seleccionada y que me esperaban en febrero. Volví a Italia en enero para saludar, hablar con mis jefes y decirles que me iba. Armé las valijas y hace seis meses que estoy en Dubai. A nivel arquitectónico es más de lo que puedo expresar, de lo que puede verse en fotos o videos, es una ciudad extraordinaria que habíamos estudiado en la universidad. Acá hay mucho cerebro y desarrollo, pero sobre todo, mucho capital. El contraste económico entre clases es brutal, hay gente que te pasa al lado en una Ferrari y clientes que no preguntan cuánto va a costar, simplemente quieren casas que impacten»; agregó la joven profesional, quien trabaja en una empresa árabe dedicada al desarrollo de proyectos arquitectónicos.
Consultada sobre su labor diaria, Agostina manifestó: «Estoy en el Departamento Creativo de la empresa y tenemos proyectos en Abu Dhabi, Qatar y otros países de los emiratos. Y es un un desafío para mí desde todo punto de vista, yo recién estoy comenzando mi actividad profesional y me toca proyectar casas enormes que nunca hice, manejarme en inglés o con el traductor de Google para comunicarme en árabe, aprendiendo una legislación que es completamente diferente, todo es un desafío. Una mezcla de emociones. A veces es un dolor de cabeza, pero estoy aprendiendo un montón».
Sobre la vida que lleva allí, al otro lado del mundo, Agostina reconoció: «Creo que este es un regalo y una oportunidad que no podía desperdiciar. Yo trabajo ocho horas que nunca son ocho horas, trabajo entre diez y doce horas y a veces no cortaba ni para almorzar. Es una cultura muy distinta, muy estricta y exigente, hay presiones y fortalecer el carácter. No es fácil adaptarse y muchas veces me pregunté qué estaba haciendo acá. Terminó la cuarentena y la ciudad comenzó a recuperar su ritmo habitual y eso me ayudó a limpiar la cabeza y ordenar mis ideas. Yo soy una persona muy simple y Dubai es una ciudad donde hay muchísimo para hacer. No me gusta todo este lujo que hay, pero es una experiencia única. Mi sueldo está por encima del promedio de Argentina o de Europa, incluso, pero muy lejos de lo que sale el costo de vida acá. Vivo en una casa compartida (porque los alquileres son carísimos), en un lindo barrio y trato de disfrutar. Ahora estamos en verano y tenemos más de cincuenta grados de sensación térmica, así que me hago escapadas a la playa o a la pileta. Acá no hay after-office, a diferencia de Italia, se trabaja de domingo a jueves y cada vez que tengo que arrancar la semana, pienso que mis amigos o mi familia está comiendo un asado. Los fines de semana aprovecho para conocer».
«Estoy muy contenta porque me supe ganar un lugar, además de ser profesional, soy mujer y hubo que luchar contra una idea cultural que se impone acá. Fue duro al principio, pero demostré que tengo ideas, que sé lo que hago y que puedo trabajar igual o mejor que cualquier hombre de la empresa. Me aguanté chistes machistas, cuestionamientos y los superé. En algunas cosas están muy avanzados y en otra, están más atrasados que nosotros»; destacó.
Finalmente, Agostina recordó su vida en Carlos Paz, las cosas que extraña y aquellas que lo recordaron a su hogar: «Hay pocas similitudes, pero yo siempre encuentro algo que me recuerda a la ciudad. El deporte más que nada, porque volví a jugar al tenis y eso me trajo recuerdos de las tardes en el Club Carlos Paz, mi amado Club Carlos Paz. Allí fui muy feliz, aprendí a nadar también ahí y me acuerdo que cuando llegamos con mi hermano a la ciudad, teníamos siete años, fuimos por motivos laborales de mi papá (el ex arquero Jorge Ciancaglini, con pasado en Boca, Talleres y Banfield) y nos costó mucho adaptarnos. Estábamos como negados, pero luego empezamos a disfrutar de la ciudad y su estilo de vida. Extraño el club de Pesca y el equipo que hicimos con las chicas, los asados y las amistades. Carlos Paz es una mezcla de ciudad y pueblo donde todo el mundo se conoce con todo el mundo, pero acá nadie se conoce con nadie. Eso lo extraño también. Siempre pienso en volver, pero me gusta pensar que estoy cargando mi valija de conocimientos para volcarlos en Carlos Paz, o en mi ciudad natal que es Rosario».