Josefina, la monja de Córdoba que es furor en Tiktok

lunes, 27 de julio de 2020 · 18:47

En tiempos de pandemia muchos argentinos tuvieron que reinventarse para continuar avanzando en su profesión. Esto le sucedió a Josefina Cattaneo, una religiosa de 25 años, de la congregación Mercedaria del Niño Jesús, que entró en TikTok para acercar el mensaje de Jesús a los más jóvenes, y ya es un hit en la red social.

La joven monja reinventa las canciones del momento con letras relacionadas a las creencias de la religión católica y también se anima a realizar algunos sketch o bailes clásicos tiktokeros.

Nació en Verónica, provincia de Buenos Aires, pero vivió toda su vida en Magdalena, a 50 kilómetros de La Plata. Actualmente, reside en el Instituto Nuestra Madre de la Merced de La Carlota, Córdoba, junto a otras cinco hermanas. Allí, a comienzos de marzo daba clases, pero el coronavirus le puso una pantalla de por medio con sus alumnos.

"Tenía Instagram y Facebook, pero TikTok es distinto… ¡No tenía ni idea cómo usarlo! Porque si bien soy joven, al estar atravesada por la vida religiosa a veces quedo al margen de algunas cosas", cuenta la hermana en diálogo con Infobae. Y agrega: "Me descargué la aplicación hace un tiempo pero no encontraba el momento de usarla. Iba a rezar y me acordaba que la tenía. Hasta que hace un mes dije: ‘Jesús, ¡dame una mano! Con el encierro por la pandemia ¡no sé cómo anunciarte!’".

Allí entendió que podía usar la red social para transmitir el mensaje que ella quería y los usuarios la recibieron con los brazos abiertos.

Josefina es hija de Julio y Marcela, y la tercera de cuatro hermanos, Mariángeles, Juliana y Amilcar. Según contó, su familia es católica pero no practicante, pero todos fueron a escuela religiosa.

Pese a que durante su adolescencia formaba parte del movimiento religioso Crisol, asegura que jamás se imaginó siendo monja. "Era una joven que salía y me divertía. Sin embargo, el deporte me llevaba a apoyarme en Jesús. Competía en atletismo en los Juegos Bonaerenses y cuando sentía que no daba más, le pedía que me ayudara a terminar. Quería ganar y le confiaba mi vida", revela.

Pero una misión en Quitilipi, Chaco, cuando tenía 15 años, confirmó su vocación. "Descubrí todo lo que Jesús me había regalado. Me encontré con gente muy humilde, que compartía la poca agua y pan que tenía, sin perder la fe. Fue un click", recuerda. Y desde ese momento, asegura que cada vez que duda llegan a su vida personas que le reconfirman que va por el camino correcto.

Josefina recuerda que cuando le contó a sus amigas que quería ser monja, ellas le dijeron que estaba "re loca". En el caso de su mamá, la mandó al psicólogo. Sin embargo, decidió seguir adelante. "Me hace feliz y me ayuda a hacer feliz a otros", remarca sobre su vocación.

Sin embargo, la joven tampoco creía que iba a aguantar mucho como hermana pero quiso probar suerte. "¡Nadie me daba un peso de monja! Ni yo misma. Pero todo es regalo de Jesús", afirma.

Así, ni bien finalizó el secundario mandó una carta a la comunidad religiosa y le dieron ingreso el 23 de febrero de 2013. Viajó a Córdoba capital para hacer la formación inicial en en el Arzobispado. Pero, antes de irse de Magdalena, organizó su última salida al boliche con sus amigas.

El 18 de marzo 2017, tras cuatro años de estudio, hizo sus "votos de castidad, obediencia y pobreza". Luego, viajó a Ecuador, donde vivió dos años.

En enero de 2020, llegó a La Carlota, donde actualmente trabaja como pastoralista de primaria y da clases de religión en el secundario. "Desde que empezó la cuarentena, el trabajo se volvió muy particular. No es fácil manejarse de manera virtual", reconoce. Sin embargo, Josefina encontró una manera muy divertida de acercarse a los jóvenes con su mensaje.

 

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