Se juntan para jugar al ajedrez

Carlos Paz: Los abuelos que jaquean la pandemia de tristeza y soledad

La mayoría están aislados en soledad y cada viernes, encuentran la excusa perfecta para reencontrarse con amigos. Aplican un estricto protocolo sanitario.
martes, 2 de marzo de 2021 · 12:57

Un grupo de abuelos de Carlos Paz encontró en el ajedrez la mejor vacuna contra la tristeza y el confinamiento provocado por la pandemia de COVID-19. Una vez por semana, se reúnen en el centro de jubilados de la Avenida Libertad y comparten partidas que son la excusa perfecta para charlar, hacer amigos y recuperar un poco de su vida social.

Sin lugar a dudas, los adultos mayores fueron los más golpeados por la irrupción del coronavirus. Y no sólo por la gran cantidad de fallecidos, sino también porque debieron cortar sus vínculos y pasar meses enteros encerrados y completamente aislados.

Durante largos meses, el tablero y las piezas del ajedrez permanecieron guardados y los salones del centro de jubilados (donde diariamente hacían coro, yoga, folklore y gimnasia, entre otros talleres), se vieron vacíos. Hace algunos meses, se fueron habilitando algunas actividades y algunos abuelos decidieron volver a despuntar el vicio de una partida con amigos.

Todos los viernes a la mañana y siempre con los respectivos cuidados sanitarios, se encuentran alrededor del ajedrez para combatir el aburrimiento y la soledad. 

Lisandro es uno de los ajedrecistas y contó a EL DIARIO: «El encierro fue terrible. Creo que nos hizo peor el encierro que salir». Por su parte, Rosa agregó: «Yo me quedé sola nueve meses, mi hija justo viajó y quedó varada en Corrientes».

Como ellos, las historias se multiplican en el salón. Susana aseguró: «Estuve encerrada sola, soportando la cuarentena y ahora que nos estamos juntando los viernes, es la única salida que tengo, Me hace bien ver a mis amigos y estar acompañada».

Los jubilados esperan vacunarse lo antes posible para comenzar a transitar cierta normalidad. «Acá pasamos un momento libre y agradable con amigos, que pasan a ser familia. Mi familia está lejos y pasé meses sin verlos»; destacó María.

Finalmente, Lucy manifestó: «Se nos cortaron las actividades y las necesitamos. Espero que pronto se den cuenta que teniendo las medidas sanitarias, es posible abrir. Yo vengo los viernes, limpio todo y me encargo de preparar todo para que estemos seguros. Queremos que se den cuenta que se puede, cuidándonos se puede. Es triste, porque la mayoría somos personas solas y necesitamos encontrarnos».

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