Se juntan para jugar al ajedrez
Carlos Paz: Los abuelos que jaquean la pandemia de tristeza y soledad
La mayoría están aislados en soledad y cada viernes, encuentran la excusa perfecta para reencontrarse con amigos. Aplican un estricto protocolo sanitario.Un grupo de abuelos de Carlos Paz encontró en el ajedrez la mejor vacuna contra la tristeza y el confinamiento provocado por la pandemia de COVID-19. Una vez por semana, se reúnen en el centro de jubilados de la Avenida Libertad y comparten partidas que son la excusa perfecta para charlar, hacer amigos y recuperar un poco de su vida social.
Sin lugar a dudas, los adultos mayores fueron los más golpeados por la irrupción del coronavirus. Y no sólo por la gran cantidad de fallecidos, sino también porque debieron cortar sus vínculos y pasar meses enteros encerrados y completamente aislados.
Durante largos meses, el tablero y las piezas del ajedrez permanecieron guardados y los salones del centro de jubilados (donde diariamente hacían coro, yoga, folklore y gimnasia, entre otros talleres), se vieron vacíos. Hace algunos meses, se fueron habilitando algunas actividades y algunos abuelos decidieron volver a despuntar el vicio de una partida con amigos.
Todos los viernes a la mañana y siempre con los respectivos cuidados sanitarios, se encuentran alrededor del ajedrez para combatir el aburrimiento y la soledad.
Lisandro es uno de los ajedrecistas y contó a EL DIARIO: «El encierro fue terrible. Creo que nos hizo peor el encierro que salir». Por su parte, Rosa agregó: «Yo me quedé sola nueve meses, mi hija justo viajó y quedó varada en Corrientes».
Como ellos, las historias se multiplican en el salón. Susana aseguró: «Estuve encerrada sola, soportando la cuarentena y ahora que nos estamos juntando los viernes, es la única salida que tengo, Me hace bien ver a mis amigos y estar acompañada».
Los jubilados esperan vacunarse lo antes posible para comenzar a transitar cierta normalidad. «Acá pasamos un momento libre y agradable con amigos, que pasan a ser familia. Mi familia está lejos y pasé meses sin verlos»; destacó María.
Finalmente, Lucy manifestó: «Se nos cortaron las actividades y las necesitamos. Espero que pronto se den cuenta que teniendo las medidas sanitarias, es posible abrir. Yo vengo los viernes, limpio todo y me encargo de preparar todo para que estemos seguros. Queremos que se den cuenta que se puede, cuidándonos se puede. Es triste, porque la mayoría somos personas solas y necesitamos encontrarnos».