Carlos Paz

El IESS celebra hoy su 70 aniversario: «mantenemos la tradición de la libertad»

sábado, 3 de abril de 2021 · 18:38

El Instituto de Enseñanza Secundaria cumple hoy 70 años de trayectoria educativa en Carlos Paz. Fue fundado en 1951 por un grupo de profesores y profesionales como respuesta a la necesidad de educación secundaria en la comunidad. De iniciativa privada, sin fines de lucro y laica, comienza a funcionar en los salones de la única biblioteca pública del entonces pueblo serrano.

"Ser la directora del colegio más importante de la primer secundaria es doble impacto" aseguró la directora Viviana Postay a EL DIARIO.

“Llevo 25 años en la institución, como vice directora desde 2012 y como directora desde 2018. Primero acompañando a Silvana Casali y después con Anabella Díaz. Soy nacida en Córdoba y adoptada por Carlos Paz" aseveró Viviana.

"Estamos cumpliendo 70 años en pandemia, por lo tanto no vamos a realizar actos, pero vamos hacer las menciones y reconocimientos a través de nuestra revista que tenemos desde el 2019, una revista digital y a través de las redes sociales contando historias de nuestros alumnos y docentes" aseguró y agregó: "La institución tiene una enorme diversidad social puede venir desde el hijo de un empresario, hasta el de una empleada doméstica .Nos gusta dar oportunidad y saber acompañar en cada caso. Mantenemos la tradición de la libertad, la institución está asociada a la vida política de la ciudad, de aquí ha egresado gente muy importante. Es una escuela que piden muchos, cuando viene gente de otras provincias es muy impresionante".

Los comienzos

Texto de la Edición Especial del 50 aniversario del IESS

Hace medio siglo, (Es mucho ¿no?). Por eso esta historia debería comenzar con "Había una vez" .Una escuela secundaria que preparaba futuros docentes. El título que recibían era Maestros Normales Nacionales. Esa escuela, el IESS, necesitaba niños para que sus alumnos pudieran practicar la enseñanza y asi nació, un 4 de abril hace cincuenta años, la Escuela Primaria de Aplicación con un puñadito de docentes y el cuerpo directivo. Las clases comenzaron en la Biblioteca José H. Porto y los alumnos también eran poquitos, todos se conocian (no como ahora que casi no sabemos el nombre de quién se sienta a nuestro lado). Esos alumnos son los papás, las mamás y los tíos de los actuales alumnos de la escuela y las maestras de ese momento, hoy, son las abuelas o bisabuelas de los chicos.

Las aulas eran sólo para nuestra escuela, teníamos plantas, peceras, jaulitas con pájaros que alegraban nuestras tardes, pero todo fue creciendo y nos mudamos a nuestra actual escuela, que era muy distinta a la de estos días. No teníamos patio cubierto ni baldosas para armar el tejo o jugar a las bolitas. Era un enorme patio de tierra con un mástil alto (el que ahora está en el patio de los árboles), de árboles ni hablar, pero sí había algunas hamacas y toboganes, įse daban cada porrazo! Y... ¡corriendo a buscar el agua oxigenada y el algodón! Tampoco teníamos ventiladores ni calefacción, pero eso sí, había unas estufitas cuadradas que funcionaban con kerosene, no daban calor, pero sí hollín y vivíamos sacándolas al pasillo para evitar el olor a combustión. En el pasillo siempre alguien las atropellaba hasta que, milagrosamente, desaparecieron!

En los recreos todas las maestras estábamos en el patio y compartiamos los juegos con los chicos. Éramos seis docentes muy jóvenes, una por cada grado. El patio era muy grande y realmente la pasábamos requetebién.

Pregúntenles a sus padres y ellos también les contarán. Yo tenia un alumno muy ingenioso que me armó un sistema de comunicación, pues el aula donde daba clases (es la que está al lado de la celaduría del primer piso) quedaba justito arriba de la dirección, que estaba donde hoy está la administración, y cada vez que necesitaba algo tenía que gritar por la ventana. Era un walkie talkie casero y los mensajes nos hacían reír a todos. Gracias a la colaboración de los padres, la generosidad de los vecinos y las contribuciones de asociaciones de la ciudad, la escuela se ha convertido en el fabuloso centro educativo del que todos disfrutan. Pero realmente, que buenos eran aquellos tiempos donde había menos confort pero todo era pequeño, intimo y personal!

¿O será que para las mayores todo tiempo pasado fue mejor?

 

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