Amor y solidaridad

Una coscoína le donará un riñón a su cuñada para que pueda vivir

La protagonista de esta historia es una vecina de Cosquín, quien dijo: «No hay nada más lindo en el mundo que darle vida a otra persona».
miércoles, 5 de mayo de 2021 · 12:39

Desde hace ocho años, Verónica Fernanda Vera vive junto a su marido y sus dos hijos en la ciudad de Cosquín. Dentro de veinte días, viajará a la ciudad de Buenos Aires para protagonizar una historia de amor y solidaridad: le donará un riñón a su cuñada para que pueda seguir viviendo. 

Valeria Karina Gangui fue diagnosticada de poliquistosis renal, una enfermedad que no tiene cura y que padece toda la familia; ella, sus tres hermanos y su suegro, que falleció a causa de la misma.

La mujer se encuentra en lista de espera de un donante vivo para evitar tener que someterse a diálisis y su hermano Diego (el esposo de Verónica) es el único familiar que no padece la enfermedad y podría ser donante. Él se ofreció en el mes de octubre y resultó ser compatible. Sin embargo, el estudio también arrojó que Verónica era compatible.

Como Diego es el sostén económico de la casa y vive de la construcción, la pareja decidió que ella sería quien le donara el riñón a Valeria. Lo que siguió después fueron los trámites judiciales (porque al no ser pariente directo debieron pasar por una instancia legal) y en dos semanas y media, viajará para someterse a la operación.

«El abogado Francisco Servidio hizo la carta petitoria y en una semana, ya estaba todo listo. La justicia, que en muchas cosas es criticada, en este sentido actuó rapidísimo. La fiscal Paula Kelm y el juez de primer instancia Francisco Martos supieron ver la situación y tomar una rápida decisión. Es una responsabilidad enorme la que siento, pero es algo positivo y creo que puede ayudar a mucha gente, todos podemos salvar la vida de una persona. La cirugía es de alta complejidad, pero con mínimos riesgos. La recuperación es rápida, solo tengo que cuidarme, tomar mucho liquido y podré hacer una vida normal»; contó Verónica.

«Nosotros sabíamos que Valeria tenía este problema hace diez años, aunque ella no lo hablaba. Cuando se lo propusimos, lo primero que nos expresó fue su preocupación por los chicos. Hablamos con nuestros hijos y ellos lo entendieron. Valeria nunca me pidió nada, todo lo hago porque lo siento y sabía que estaba a mi alcance poder darle vida. Las que somos madres, sabemos que no hay nada más lindo en el mundo que darle vida a otra persona. Vale se emocionó mucho, sintió una gran responsabilidad y yo le agradezco a ella porque siento que toco el cielo con las manos»; reconoció.

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