Presentaron la obra El Pantanillo de Ernesto Sábato

lunes, 31 de octubre de 2022 · 10:38

Por Ramón Llanes

Escritor y periodista de Huelva 

En realidad EL PANTANILLO DE ERNESTO SÁBATO es una obra literaria con connotaciones periodísticas pero también es una obra periodística con tintes literarios; y quizá pueda ser cualquier género más o disciplina dentro de esta amalgama de células que se escurren a través de la literatura y vienen a formar un tratado, una novela, un ensayo o aquello que el lector ha previsto que sea. Analizar su encuadre nos llevará tiempo y no es la motivación de este encuentro de octubre otoñal amado.

Vino Pedro Jorge Solans de su lejana Argentina que está al lado de la Villa de Carlos Paz, donde apasionadamente dirige su periódico, para soltar amarras; a Huelva sé que siempre gusta llegar, sentarse en cualquier paisaje, otear de nuevo el entorno tan bello de la Rábida y acabar o empezar degustando una manzanilla conmigo en el seno precordial de una taberna; a Huelva sé que le unen muchos corazones, que le halaga que Jaime le requiera para estar aquí en el Otoño Cultural y que siempre está feliz, sonriente, dialogante, ameno y distendido, imagino que será igual en su tierra, no lo concibo distinto.

El pasado año presentábamos en la UNIA una magnífica obra suya DÓNDE CAERSE MUERTO, que me la bebí casi de un trago porque el enredo de la trama me hizo llegar tanto al absurdo que me ayudó a interpretar la realidad. La recomendé mucho y la regalé varias veces, ahora reitero su lectura.

Y volviendo a lo nuestro de hoy, a este tajo de húmedos misterios, me agrada referir que ya en sus conversaciones de Sábato con Pedro le advirtió que El Pantanillo no era lugar de veraneo en el sentido habitual y correcto de la palabra sino más bien un refugio de gente un poco bohemia y sin dinero. Contará el autor -no es ortodoxo desvelarlo- el motivo de su encuentro, sus visitas y la necesidad que tuvo de escribir este libro, pero si me estará permitido indicar que Sábato destacó en su estancia en El Pantanillo la grandeza de la escasez de ruidos, el imperio del silencio, y eso colmó su perfecta aclimatación a un lugar donde no existía entonces ni luz ni agua corriente.

Les adelanto que me agradó mucho su lectura y que con Pedro me encanta conversar tanto como me place leerle.

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