Pandemia

A dos años del confinamiento: ¿Qué cambió en Carlos Paz?

La ciudad vive una nueva normalidad y pudo tener una exitosa temporada de verano.
lunes, 21 de marzo de 2022 · 12:45

Ayer se cumplieron dos años desde que se implementó el aislamiento social, preventivo y obligatorio en la Argentina, dos años de la irrupción en nuestras vidas de términos como Covid-19, confinamiento, distanciamiento social, pandemia, hisopado, contagios, restricciones. Sin lugar a dudas, quedará marcado como uno de los acontecimientos históricos en esta segunda década del nuevo milenio que todavía no ha terminado y que también tuvo un fuerte impacto en Villa Carlos Paz.

Nuestras vidas cambiaron y dieron origen a lo que conocemos como nueva normalidad. Parece una cosa lejana cuando comprábamos en el supermercado sin barbijo y el alcohol en gel era un producto que rara vez utilizábamos.

En el medio, vivimos la pandemia que más rápido se expandió en la historia de la humanidad y cuyos alcances nos resultaron desconocidos durante gran parte del 2020 y el 2021. Argentina fue uno de los primeros países en implementar la cuarentena y eso permitió equipar los hospitales, preparar el personal de salud y demorar el impacto de la pandemia.

Sin ese acierto, la lista de contagios y fallecidos hubiese sido trágica y hubieran colapsado los sistemas de salud.

Calles, oficinas y aulas vacías, restaurantes y comercios cerrados, home-office y videoconferencia, se volvieron una constante en la ciudad, la provincia y el mundo. Los carlospacenses nos acostumbramos a estar confinados en nuestros hogares, realizar la menor cantidad de compras posibles (las salidas a buscar comida o productos de primera necesidad se volvieron una aventura) y durante casi dos años, estuvimos alejados de cines, teatros, estadios de fútbol y centros comerciales.

No se podía hacer ejercicio al aire libre, los chicos perdieron contacto con sus amigos y profesores y nosotros aprendimos a cocinar, hicimos jardinería, carpintería, remodelaciones y cualquier cosa que nos pudiese ayudar a matar el tiempo.

Cierres y aperturas fueron una constante de la pandemia, siempre en función de los índices de contagios. Hubo fuertes controles para evitar la circulación de personas y el impacto sobre la economía fue tremendo. Muchos cerraron sus locales, otros fueron despedidos y cada familia debió reinventarse en medio de la adversidad. Surgieron nuevos emprendimientos y formas de venta y avanzamos hacia una sociedad un tanto menos presencial y más virtual.

Desde fines de enero a esta parte, el panorama ha cambiado sustancialmente. Volvimos a los eventos masivos, las juntadas familiares, las actividades física y todo parece indicar que lo peor ya pasó.

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