Día Internacional de la Enfermería

La historia detrás de la icónica foto de la enfermera argentina

jueves, 12 de mayo de 2022 · 12:37

Mundo. El Día Internacional de la Enfermería es una conmemoración anual promovida por el Consejo Internacional de Enfermería, organizaciones y Asociaciones de Técnicos en Cuidados de Enfermería, que se celebra en todo el mundo el 12 de mayo, día del nacimiento de la enfermera y escritora británica Florence Nightingale, considerada madre de la enfermería moderna.


En Argentina sin embargo, la enfermera más icónica es la que aparece en una famosísima foto pidiendo silencio. Esta imagen presidió durante décadas hospitales, clínicas y maternidades del país.


A pesar de ésto, casi nadie conoce su nombre ni su historia. Se llamaba Muriel Mercedes Wabney. Era modelo. En 1947 firmó un contrato de exclusividad para presentar las colecciones de las grandes tierras Harrod’s, la versión de calle Florida en Buenos Aires de la célebre cadena inglesa.


Modeló para Ducilo, una empresa y marca de telas, para el modisto Jean Cartier y su programa “El arte de la elegancia” (Canal 7, finales de los 50), y en un desfile paseó los vestidos que usó Linda Darnell en el film Por siempre ámbar: Twenty Century Fox, 1947, dirigida por Otto Preminger.


Según la única historia rastreable del cuadro, revelada por la ya desaparecida revista Paralelo 38 en los 70, la idea fue de un tal Juan Craichik, jefe de visitadores médicos de la empresa Taranto, fábrica de instrumental y laboratorio.


El hombre reveló en una entrevista de Paralelo 38 que la chispa se le encendió en 1953, mientras visitaba por su trabajo un hospital de Rosario, provincia de Santa Fe. “La sala estaba atestada, y cada tanto una enfermera pedía, sin éxito, silencio. Entonces se me ocurrió crear una imagen elocuente que cumpliera la misma función”.


Presentó el proyecto en su empresa, lo aprobaron, convocaron a varios modelos profesionales, y ganó Muriel Mercedes Wabney.


¿Qué se tuvo en cuenta para ungirla protagonista? Craichik explicó: “Su cara era distinta, suave, armoniosa, de mirada dulce… autoritariamente dulce”.


La sesión fotográfica duró toda una tarde. El autor de la idea dijo que la empresa Taranto no lucró con la distribución mundial de esa imagen: “La regaló a hospitales, maternidades, clínicas, etcétera”.


En cuanto a Wabney, rara vez aceptó hablar públicamente, dijo que era casada, que no tenía hijos, y negó confesar cuánto le pagaron por la foto y su multiplicación ad infinitum: casi tan enigmática como su anónima cara impartiendo silencio.


Y aunque nunca nadie lo imaginó, cada vez que una persona obedece el pedido de silencio de Muriel Mercedes Wabney desde su cuadro, también convoca el indomable espíritu de Florence Nightingale.


Porque a su manera, las dos abren sus alas sobre las risas o las lágrimas humanas.


*Texto de Alfredo Serra publicado en Infobae.

Comentarios