Confitería La Europea

Dómina revaloriza la figura de Bustos, el prócer nacido en Punilla

El historiador presentará en Cosquín su libro biográfico sobre el primer gobernador de Córdoba, nacido y bautizado en las sierras.
miércoles, 15 de marzo de 2023 · 13:00

«Bustos es Córdoba» es el último libro del historiador y escritor Esteban Dómina, una biografía necesaria para echar luz sobre una figura clave y todavía desconocida por muchos cordobeses. Juan Bautista Bustos no sólo fue el primer gobernador, sino que es un hombre fundamental para la historia, nacido en el Valle de Punilla.

El libro será presentado el próximo sábado 18 de marzo a las 18 horas en la Confitería La Europea de la ciudad de Cosquín (Perón y Sabattini), donde el autor estará acompañado por el director periodístico de Cadena 3, Sergio Suppo.

Durante una entrevista con EL DIARIO, Dómina sostuvo: «Bustos es quizás la máxima figura de la historia de Córdoba y uno de los protagonistas más importantes de la historia argentina. Córdoba ha aportado figuras como José María Paz y Dalmacio Vélez Sarsfield que tienen un reconocimiento y una consideración que Bustos, cuesta entender por qué, no la tiene. Habiendo sido una figura central, aún no tiene esa presencia». «Creo que hay muchos factores que lo dejaron relegado. Yo he buscado una explicación y creo que cuando se narró la historia oficial, se colocó a Bustos del lado de los `caudillos´. Los caudillos eran presentados como sujetos violentos, irracionales e ignorantes, creo que Bustos cayó injustamente en ese `bando´. Yo no pienso que los caudillos sean eso, pero creo que Bustos ni siquiera reunía las características compartidas por figuras como Pancho Ramírez o Facundo Quiroga. Bustos era un militar de carrera, un oficial del ejército de Belgrano, instruido y capaz de gobernar Córdoba con su propia constitución; el famoso reglamento de 1821. Creo que equipararlo en ese modelo de caudillos estigmatizados es injusto y le costó salir de ahí, quedó sumido en esa caracterización»; añadió.

«Felizmente, en los últimos años se está haciéndole un poco de justicia. Creo que debemos reivindicarlo no sólo desde un punto de vista aclamatorio, porque, como todos los sujetos, es un hombre de aciertos y errores. Era de carne hueso como todos nosotros, tenía sentimientos de afecto y odio, que entiendo deben conocerse más allá de su presencia en el espacio público. Yo celebro que se haya puesto su figura en el centro de la escena, no es un dato menor que la principal avenida de la ciudad de Córdoba sea compartida entre el General Paz y Vélez Sarsfield (situación que se repiten en muchas localidades) y Bustos no haya tenido más que un barrio hasta hace algunos años. Es todavía una figura desconocida que ha comenzado a conocerse un poco más (todavía falta mucho) porque tenemos un gobernador bustita, por así decirle, como (Juan) Schiaretti»; consideró.

Sobre la figura de Bustos, Dómina expresó: «Es un hombre del cual no tenemos nada de qué avergonzarnos. Si bien cometió errores, no hay en la foja de Bustos casos de atropellos, excesos, crímenes, nada. Al contrario, gobernó en tiempos de caudillos con una constitución que fue un adelanto de la que recién tuvimos en 1853, con formato republicano, división de poderes y derechos y garantías. Fue un hombre nacido en San José, en el Valle de Punilla, en medio de un paisaje formidable, pero es curioso que Punilla nunca haya logrado apropiarse de su figura. Bustos empezó su vida y casi que la terminó en Punilla, porque fue bautizado en la Capilla San José y termina perdiendo la partida con José María Paz en San Roque. Lo que vino después fue una secuencia cantada: Tablada, Santa Fe y su muerte al poco tiempo después. San Roque fue el punto final».

En torno al valor de la Batalla de San Roque, manifestó: «Se enfrentaron dos personajes muy fuertes de la historia de Córdoba: Bustos contra el Manco Paz y fue un hecho de impacto nacional. Si no hubiera ocurrido en el interior de Córdoba, tendría mucho más valor del que se le ha dado. De hecho, hay batallas de la historia (como la primera de Cepeda), que si bien tuvo una consecuencia política fuerte (la caída del directorio), ha sido una batalla menor. Esto lo digo con todo respeto. A lo mejor, San Roque también fuera una batalla menor, pero ignorada por haber ocurrido en el interior. El relato histórico tiene un sesgo porteñista y no debemos olvidar que esa batalla significó la esperanza unitaria renacida después del fracaso de Rivadavia y Lavalle».

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