Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia

La Casa de Hidráulica, el horror en Carlos Paz

El chalet ubicado a metros del lago San Roque fue un centro clandestino de detención y tortura durante la última dictadura argentina.
viernes, 24 de marzo de 2023 · 18:34

El horror sembrado por la última dictadura argentina también abrió sus alas negras sobre la ciudad de Villa Carlos Paz, un enclave que muchos militares tomaron como propio por su cercanía con la Fuerza Aérea, el comando del Tercer Cuerpo del Ejército y el centro clandestino de detención y tortura de La Perla.

Durante aquellos años, todo aquel que se dirigía desde Córdoba hasta la ciudad turística pasaba a escasos kilómetros de las salas de torturas y las húmedas habitaciones donde se encontraban los detenidos.

Carlos Paz albergó también su propio centro clandestino de detención, la Casa de la Dirección Provincial de Hidráulica (donde operaba el D2 de la Policía de Córdoba) y que estaba ubicada a metros del dique San Roque.

El chalet fue construido originalmente en los años cuarenta como casa de reuniones de la Dirección de Hidráulica de la Provincia y casi tres décadas más tarde, la Policía adujo que tenía información de un posible atentado en el paredón del dique a manos de grupo guerrilleros y solicitó el control del inmueble para custodiar la zona. De esta manera, llegó a manos del grupo D2 integrado por los policías más sádicos de la provincia.

Las condiciones de emplazamiento del inmueble (escondido en una península del lago San Roque), con caminos propios alejados y  rodeados de arboledas, garantizaba el trabajo clandestino de represión. En el lugar llegaron a desarmar autos robados, infringieron todo tipo de torturas, asesinaron y desaparecieron personas.

Durante las investigaciones que llevó a cabo la CONADEP en 1984, se reveló que se lograron extraer de las aguas del embalse tres vehículos que habían sido arrojados por los uniformados y los testimonios de los detenidos en dicho establecimiento concuerdan en que los encargados de trasladar a los secuestrados al lugar eran grupos de civiles armados, parapoliciales que respondían de la Policía de Córdoba. Además constituyó un centro de desarme de los vehículos utilizados en la represión o robados durante los operativos que llevaban adelante.

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