El horror en el Cerro de la Cruz

Durante el 2015, Villa Carlos Paz se vio convulsionada por tres brutales crímenes ocurridos en el Cerro de la Cruz, uno de sus principales atractivos turísticos. Dos de ellos, fueron femicidios.

Fueron las páginas más oscuras en la historia reciente de la ciudad.

El 11 de marzo, se informaba la desaparición de Andrea Castana, una joven madre de 35 años que había subido a ejercitarse al cerro y no había regresado a su hogar. El viernes 13, su cuerpo fue hallado sin vida, con rastros de violación y estrangulamiento. La investigación dio muchos giros y estuvo en manos de dos fiscales, aunque el crimen todavía no logró esclarecerse.

Aquella fue una jornada negra, porque mientras estaban buscando a Castana, los investigadores encontraron el cadáver de Hernán Sánchez, un fotógrafo local que había desaparecido cuatro meses antes. Las primeras versiones daban cuenta que había sido asesinado de una puñalada en el estómago, pero luego la causa fue caratulada como suicidio. Su familia se constituyó como querellante y denunció que Sánchez había sido asesinado por haberse visto involucrado en una oscura trama política.

El 25 de agosto de 2015, Marcos Haye asesinó a sangre fría a Ingrid Vidosa. Otra vez, el Cerro de la Cruz se presentaba como la escena del crimen. Esta vez, el asesino había llevado engañada a la víctima y le había disparado con un arma de fuego. 

En 2017, la Cámara Séptima del Crimen de Córdoba lo condenaría a cadena perpetua por el femicidio de la joven de 25 años, oriunda de Mayú Sumaj. La condena fue ejemplar y aplaudida por las organizaciones de lucha contra la violencia de género.

Los casos de Castana y Vidosa pondrían en agenda pública la problemática de género en Carlos Paz y serían exponentes a nivel provincial y nacional de la urgente necesidad de políticas públicas en materia de defensa de los derechos de las mujeres y sus vidas.