Lucha por su vida
Cadena de oración por la salud de Carlos «Cheto» de Bianchetti
El empresario se encuentra internado en la terapia intensiva del Hospital San Roque.Una cadena de oración comenzó para pedir por la pronta recuperación del empresario carlospacense Carlos «Cheto» de Bianchetti, quien lucha por su vida en la terapia intensiva de Hospital San Roque de la ciudad de Córdoba.
Sus hijos, la madre de sus hijos, Soledad Ramírez y todos los amigos que lo quieren, ruegan por su evolución luego de haberse sometido a una delicada intervención quirúrgica.
«El Cheto» es un personaje referente de fe, de bendiciones y sabe lo que es hablar con los dioses sin distinción de culturas o de razas. Sabe de milagros, de misterios y de conjuros.
¡Dios! Es un hombre de las filas de Antonio Gil, de la Señora de Itatí, de los Orixás, de los Oxum. Es un hombre de la Madre del valle y de los ríos y de los mares,
¡Dios! Es un hombre de amor y de mañanas, no lo ahogues en un silencio, te lo pedimos en colectividad y con sensaciones, con recuerdos, con pasión y con memorias.
Honra tu vida Señor. Lo vi celebrar con lo que vos le diste: bebió de tu cáliz, de las copas de los amigos y de lo ángeles, comió en tu nombre, supo contemplar la belleza en tu nombre, procrear en tu nombre. Dale otra oportunidad si vos crees necesario.
Es un hombre respetuoso del universo. ¡Señor, me consta a mí y le consta a sus amigos y a su familia, Señor! Siempre fue un visionario de las cosas importantes y jugaba con lo terrenal.
¡Te rogamos, Señor, devolverle una oportunidad, salvarlo!
Refundo mi misa por él
Pienso, en las tormentas, en las casualidades del universo, pienso en las celebraciones poco entendidas, pienso en las tantas veces que nos peleamos, que nos fuimos por caminos diferentes. Pienso en la Fe, en su Corrientes natal, en mi Chaco natal y en su Chaco de crianza, en ese vaso frío, frío de cerveza, en ese vaso de vino que terminaba con soda. Pienso en sus sueños, en su talento derrochado, en las veces que nos juramos no vernos más, pienso en la mutua admiración que nos tenemos, donde estuvo. Seguiremos viviendo por los nuestros, hasta que dejemos de ver la vida como una pasión de respirar por los demás.
¡No te rindas, Cheto!