"La Hermana Purita", nació en La Cumbre y va camino hacia la santidad
La Cumbre. Pura Rosa del Carmen Olmos Campos, nació en 1896 y desde 1998 fue presentada por la Conferencia Episcopal Argentina como "Sierva de Dios" tras comprobarse un milagro. Su expediente sigue en el Vaticano y hay gran expectativa para que pronto pueda ser nombrada como "Venerable". "La Hermana Purita", sigue los pasos de la Beata Tránsito Cabanillas y del Santo José Gabriel del Rosario Brochero.Especial por: Luis Hernán López
Fuente: Ignacio Olmos
(Genealogista e historiador. Académico de Número de la Academia Argentina de Genealogía y Heráldica)
La Cumbre. "La Hermana Purita" nació un 26 de febrero de 1896 bajo el nombre de Secundina Guadalupe Olmos Campos en la localidad de La Cumbre. Fue religiosa Carmelita Descalza, que profesó con el nombre de Hermana Pura Rosa del Carmen, actualmente Sierva de Dios.
La Hermana Pura Rosa del Carmen Olmos era hija de Don Pío Cruz Olmos y de Clarinda Campos Olmos, fervorosos y ejemplares esposos y padres cristianos. El 19 de Diciembre de 1918, vistió el hábito carmelitano entre las Hermanas Carmelitas Descalzas de Santa Teresa de Jesús e hizo su profesión simple el 28 de Diciembre de 1920. Desempeñó numerosos cargos de maestra de grado, vicerrectora, maestra de novicias, superiora, ecónoma, enfermera, proveedora, portera, consejera general en las distintas casas del Instituto.

Después de una breve enfermedad, falleció en Córdoba el 28 de Julio de 1965, a los sesenta y nueve años de edad.
Quienes la conocieron recuerdan su vida de sacrificio y su abnegado espíritu fraterno y solidario y proclaman: “Era una Santita”. Sus restos descansan en el cementerio de San Jerónimo, en el panteón de las Terciarias Carmelitas de Santa Teresa de Jesús, donde nunca le faltan flores frescas y los cientos de cartas que agradecen las gracias recibidas a la Hermana Purita, cuya fama ya trasciende los límites de la Provincia de Córdoba.

Beatificación
La causa de Beatificación fue iniciada en el año 1996, con un oficio religioso celebrado por el Cardenal Raúl Francisco Primatesta. Después de completar una investigación sobre la vida de la hermana, se logró el visto bueno del Vaticano, para seguir adelante. “La hermana Pura Rosa se distinguió por su sencillez y humildad, pobreza y caridad, abnegación y servicio”.