Los guardianes de las sierras
Cuáles son los cerros más altos de la Provincia de Córdoba
Con cada paso, se descubre un paisaje deslumbrante y la esencia de las sierras.La Provincia de Córdoba, conocida por su historia, cultura y paisajes diversos, alberga impresionantes cerros que se elevan majestuosamente en el horizonte, siendo testigos silenciosos de la historia y del paso del tiempo. Estos gigantes naturales no solo son un atractivo turístico, sino que también juegan un papel fundamental en la ecología y la cultura local.
Cerro Champaquí: Con una altitud de 2.790 metros sobre el nivel del mar, el Cerro Champaquí se erige como el pico más alto de la provincia y uno de los más emblemáticos de toda Argentina. Ubicado en las Sierras Grandes, su imponente figura atrae a turistas y aventureros de todas partes. La ascensión al Champaquí ofrece una experiencia única, con senderos que serpentean a través de paisajes mágicos, flora y fauna autóctona, y vistas panorámicas que dejan sin aliento.
Cerro De la Ventana: Otro de los cerros destacados es el Cerro de la Ventana, que, con sus 2.400 metros, ofrece una vista espectacular desde su cima. Este cerro, envuelto en leyendas y tradiciones, es ideal para el trekking y la escalada. Los visitantes pueden disfrutar de la rica biodiversidad de la zona, así como de la posibilidad de avistar aves nativas y otros animales en su hábitat natural.
Cerro Los Gigantes: El Cerro Los Gigantes es otro de los picos que se robó el corazón de los cordobeses y visitantes. Con aproximadamente 2.220 metros de altitud, es un lugar privilegiado para los amantes de la escalada en roca. La formación de sus paredes verticales y su geografía particular lo convierten en el sitio ideal para desafiar al montañismo y disfrutar de un contacto directo con la naturaleza.
Cerro Uritorco: El Uritorco es un cerro de 1979 m s. n. m. en el centro de la Argentina, situado en el norte del Valle de Punilla, en Capilla del Monte. Su cumbre es la máxima elevación de la Sierras Chicas.
Los cerros de Córdoba no solo son un deleite para la vista, sino que también poseen un significado cultural profundo, siendo parte de las tradiciones y mitologías de las comunidades indígenas que habitaron estas tierras. Además, su conservación es vital para preservar la biodiversidad de la región, proveyendo agua, hábitat y recursos para las generaciones presentes y futuras.