Opinión

Nuevo giro a la derecha, ¿más todavía?

Por Mariano Saravia, magister en Relaciones Internacionales.
jueves, 31 de octubre de 2024 · 13:30

El presidente argentino Javier Milei echó a su canciller, Diana Mondino, como represalia por el voto de la Argentina en la Asamblea General de la ONU en contra del bloqueo criminal a Cuba.

Fiel a su estilo grotesco y violento, a su ideología de extrema derecha, y a la usurpación de un valor sagrado como la libertad, en un comunicado oficial, Milei dijo: «Esta nueva etapa exige que nuestro cuerpo diplomático refleje los valores de la libertad, soberanía y derechos individuales. En este sentido, nuestro país se opone categóricamente a la dictadura cubana. La República Argentina defenderá los mencionados principios en todos los foros internacionales y el Poder Ejecutivo iniciará una auditoría del personal de carrera de la Cancillería, con el objetivo de identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad». Muy parecido a una caza de brujas bien al estilo macartista, y propio de una mente afiebrada como la del presidente argentino, que ve «comunistas» por todos lados.

Debe quedar claro que la canciller saliente, Diana Mondino, no eligió condenar el bloqueo genocida que Estados Unidos ejerce contra la isla desde hace 64 años. No, nada de eso. Lo único que hizo la cancillería argentina fue seguir una tradición del país de hace más de 30 años, votando junto a la inmensa mayoría de los países del mundo.

Cada año, un expediente especial recoge las conclusiones de la subsecretaría de Asuntos Latinoamericanos, la Dirección de América Central y el Caribe, la subsecretaría de Derechos Humanos, el Departamento Malvinas y otros miembros del gabinete de Cancillería.

En base ese trabajo conjunto, se mandan instrucciones por cable diplomático al embajador argentino ante la ONU. Pero este año, el tema era mucho más urticante. Primero, porque por primera vez gobierna la Argentina alguien que definitivamente podemos catalogar de extrema derecha, o incluso neofascista. Segundo, porque este año la votación se daba a una semana de las elecciones en Estados Unidos, en las que Milei ha jugado abiertamente a favor de Donald Trump. Tercero, porque este año la votación se dio justo después del paso del huracán Oscar y la crisis energética derivada del bloqueo.

Así y todo, con la importancia que tenía este asunto, aparentemente Mondino no se involucró lo suficiente como para reflejar el espíritu del gobierno anarco-capitalista de Argentina. O bien le tendieron una trampa desde dentro del mismo gobierno.

Lo cierto es que Milei no la echó por alguno de los desatinos diplomáticos anteriores, por ejemplo, cuando dijo que «los chinos son todos iguales» o cuando desde Cancillería se nombró a nuestras Islas Malvinas con el nombre que les da el imperialismo británico: Falklands. No, todo lo contrario, Milei la echa ahora, la única vez que actuó en consonancia con la tradición diplomática de la Argentina.

Y, sobre todo, la única actuación que nos acercaba al mundo y que nos representaba también, muchos apoyos internacionales en la causa Malvinas. Ahora, estamos más aislados que antes.

A esta situación, hay que sumarle que el gobierno «libertario» se opone a todas las agendas comunes de la comunidad internacional como por ejemplo las políticas de igualdad de género y contra el cambio climático. En la reunión del G 20 Argentina no firmó la declaración en favor de la igualdad de género y también se opuso a cualquier regulación a las empresas, para limitar la huella de carbono. En la última Asamblea General de la ONU, cuando el mundo entero pidió una tregua en Medio Oriente, el propio Milei dijo que la Argentina abandona la tradicional política de neutralidad para alinearse monolíticamente con Estados Unidos e Israel.

El resultado es que la Argentina está caída del mundo, aislada totalmente, lo que se verifica en la falta de agenda internacional de Milei, la falta de reuniones con presidentes, la falta de inversión extranjera y la falta de mercados para exportar.

En 2016, cuando el gobierno de Barack Obama se abstuvo en torno al tema del bloqueo a Cuba, su entonces embajadora en la ONU, Samantha Power, explicó la decisión: «Nos hemos dado cuenta de que nuestras políticas que buscan aislar a Cuba, lo único que consiguen es aislar a los Estados Unidos». Esa es la decisión de Milei, seguir aislando a la Argentina, con el perjuicio que eso ocasiona ya no sólo para el sector de los trabajadores, sino también para los empresarios.

El nuevo canciller

Quien la reemplaza como canciller es Gerardo Werthein, un millonario, empresario ganadero y fanático de los caballos. Maneja el Grupo Werthein, un emporio económico que tiene enormes latifundios y empresas de agronegocios, alimentos y telecomunicaciones. Lo más cercano a la actividad diplomática fue su actuación como presidente del Comité Olímpico Argentino, desde 2009 hasta 2021.

El nuevo canciller fue hasta ahora embajador de Milei en los Estados Unidos, y es un miembro activo del lobby judío en Argentina, de estrechos vínculos con el Estado de Israel. Su bisabuelo, León Werthein, llegó a la Argentina en 1904 escapando de las persecuciones contra judíos en la Rusia zarista. Venía más precisamente de Besarabia, la zona que hoy conforma Moldavia.

¿Casualidad? Justamente Estados Unidos e Israel son los dos únicos países que en la ONU votaron a favor del bloqueo, y Moldavia el único que se abstuvo.

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