Virgen del Rosario
El amor de una madre: La historia oculta en una plaza de Carlos Paz
Una historia que emociona y una acción que transformó la identidad del barrio.La Plaza Belgrano es uno de los pulmones verdes que tiene la ciudad de Carlos Paz y guarda una historia de amor y devoción. Además de ser un espacio de importancia por las actividades sociales, recreativas y culturales que allí se realizan, es además el hogar de la Virgen del Rosario.
Hace más de 25 años, una vecina del barrio, Maruca de Fernández, decidió instalar la imagen en homenaje a su hija, quien falleció tras una larga enfermedad. La posición de la Virgen está orientada hacia una vivienda en una de las esquinas de la plaza, un detalle significativo que conecta directamente con la historia de la familia.
Mirta Leyes, tesorera y ex presidenta del centro vecinal Manuel Belgrano, relató a EL DIARIO: «Maruca de Fernández se mudó con su hija a Carlos Paz, quien tenía alrededor de 20 años y falleció luego de estar mucho tiempo enferma. La familia era de Córdoba, pero Maruca eligió la tranquilidad de las sierras y el barrio para los últimos tiempos de vida de su hija, para que pudiera descansar mejor. Maruca era muy devota de la Virgen del Rosario, y pese a que su hija falleció, ella la construyó igual, mirando hacia la casa».
«Fue cuidada y mantenida por Maruca durante muchos años. La arreglaba, pintaba, le ponía las flores. Cada año organizaba las misas el 25 de septiembre; se congregaban los vecinos, hacía las estampitas, y ella traía globos con helio, que en esa época no se inflaban en Carlos Paz. Era algo gracioso, ya que los traía inflados de Córdoba en su auto. Ya siendo muy mayor, se fue de Carlos Paz hace alrededor de 10 años. No es la casa de la esquina, es la casa de al lado. Se pidieron los permisos en la Iglesia, el cura ayudó y llevaba adelante cada una de las misas. Ahora la cuidamos los vecinos, todos tenemos una cercanía»; añadió.
Actualmente, el centro vecinal se encarga de mantener la gruta y organizar las celebraciones religiosas, como la misa de Navidad y la del día de la Virgen del Rosario, manteniendo viva la memoria de Maruca y su hija.