Guerra de Malvinas
La historia del avión que descansa en la costanera de Carlos Paz
Por Luciana Cassina (estudiante de Quinto Año del Costa Azul College).En la zona más turística de Carlos Paz, en pleno centro, descansa un imponente avión que fue utilizado durante la Guerra de Malvinas. Se trata de un homenaje a los caídos en el conflicto bélico en el Atlántico Sur, el cual fue gestionado por el Club Argentino de Servicios (CAS) y fue inaugurado el 3 de abril de 1998.
La aeronave tiene un número que recuerda al piloto Gustavo García Cuerva, quien muriera en combate.
Se trata de una réplica del avión Mirage I-019 que fuera derribado el 1 de mayo de 1982, en cercanía de Puerto Argentino por el impacto de la artillería antiáerea nacional. El mismo era piloteado por un hombre nacido en la ciudad de Dolores (Provincia de Buenos Aires) que en su juventud se alistó en la Fuerza Aérea Argentina, obteniendo el grado de capitán.
El avión que descansa en la plazoleta es el C-714, y su último vuelo fue el 11 de junio de 1990, por el teniente Daniel Hernández. Anteriormente, había sido asignado a la IV Brigada Escuadrón 55 el 19 de enero de 1985. El 20 de octubre de 1989 fue piloteado por el Teniente Germán Arneodo y sufrió daños menores en el motor.
El 29 de mayo de 1990 sufrió daños en el tanque de fuselaje trasero y fue asignado a a la ciudad de Rio Cuarto, para luego ser trasladado hacia Villa Carlos Paz, su morada final.
El día que derribaron el Mirage I-019
Esta tripulación cumplía su segunda salida del día, y fue la que por primera vez, recibió fuego de una patrulla aérea británica. Ambos aviones eyectaron tanques y se trabaron en combate sobre la Isla Borbón.
El capitán García Cuerva, sin combustible para volver al continente, tenía dos alternativas; eyectarse sobre las islas y perder el avión, o intentar el aterrizaje en la pista de Malvinas y salvar su máquina.
Esto último debía contar con una excelente coordinación con el comando de la defensa aérea de Malvinas. Lamentablemente, esta coordinación aún no ocurría, porque no se había alcanzado el nivel de confianza de la defensa y, aún peor, subsistía el grado de desorganización producido por los ataques aéreos y fuego naval enemigo sobre la zona.
García Cuerva decidió aterrizar en la Base Aérea Militar de Malvinas y lo comunicó. El «alto el fuego» fue ordenado, reiteradamente, por el Centro de Información y Control. El que organizaba se dirigió hacia la pista y procedió a eyectar sus cargas externas, para facilitar la maniobra de aterrizaje. Esa acción (eyección de cargas), confundió a la tropa que de inmediato comenzó a disparar sus armas largas (fusiles) contra el avión. Esto dio resultado a la caída de la máquina.