Una mujer fue atacada por tres perros en una playa de Punta Mogotes

Sufrió lesiones severas en un brazo y una pierna. Los tres ovejeros alemanes que la mordieron ya habían atacado a una mujer en mayo pasado.
miércoles, 10 de julio de 2019 · 10:39

El pasado lunes una joven que salió a caminar por una playa de Punta Mogotes, fue atacada por tres perros de raza ovejero alemán.

Debió meterse en el mar helado para ponerse a salvo de los animales, que ya la habían malherido. Fue rescatada y se encuentra internada en terapia intensiva a causa de las mordeduras.

"Eran tres perros enormes, tranquilamente la podían haber matado", dijo una joven de una escuela de guardavidas que la asistió junto a otros dos compañeros.

A la mujer, de 30 años, la ayudó primero un pescador que consiguió espantar a los perros y pedir ayuda. Luego se sumaron los tres jóvenes de la escuela de guardavidas que trotaban por la costa y convocaron a la ambulancia de la Unidad de Pronta Atención (UPA), en Mogotes. La joven fue trasladada a una clínica privada en en el centro.

El hecho ocurrió en la mañana del lunes, y alarmó a los vecinos: es que esos tres perros, hace dos meses, habían atacado a otra mujer. Esa vez, cómo ahora, los perros fueron derivados al área de Zoonosis de la municipalidad, pero luego los devolvieron a su dueño por disposición de la Justicia.

El jefe del área, Daniel Gagliardo, informó que los tres ovejeros son de "talla grande y fueron incautados a su dueño". El procedimiento indica que deben permanecer alojados en la sede del organismo en observación, luego la Justicia determina qué hacer con los animales.

"Estos mismos perros y su dueño, en el mes de mayo, ya habían sido protagonistas de otro ataque. Esa vez la víctima fue una mujer que estaba corriendo por la playa (también en Mogotes) y le habían provocado la fractura de uno de sus brazos", indicó el funcionario.

En esa oportunidad, el dueño fue identificado y se secuestraron los ovejeros. Se constató que no tenían rabia y hasta tanto un juez no determinó que había que devolverlos a su dueño, permanecieron en Zoonosis. El dueño pagó una multa, se le exigió que los anotara en el registro de perros potencialmente peligrosos y que cerrara su propiedad para que no pudieran escapar. Un inspector había corroborado que así fuera, y dio el visto bueno.

 

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