Misterioso secuestro de un empleado rural en San Luis

lunes, 29 de marzo de 2021 · 11:53

San Luis.- Un peón rural fue secuestrado por dos desconocidos el pasado sábado y la noticia ha causado conmoción en San Luis, ya que el mismo continúa sin aparecer.

El hecho sucedió el pasado sábado en Cortaderas, localidad ubicada cerca de Merlo y a tan solo 40 kilómetros de Villa Dolores.

De acuerdo al relato de un vecino, dos personas encapuchadas, armadas con escopetas, lo golpearon, maniataron y se lo llevaron hacia el campo. Su amigo, al ver lo sucedido, se escondió y, desesperado, salió hacia la casa donde hacía rato había dejado a su pequeño hijo y su otro amigo, pensando que algo les podría haber pasado también a ellos.

Anoche, se incorporó personal de COAR, Criminalística y de Investigación a la búsqueda del vecino de Cortaderas. La familia reclama su aparición con vida y convocaría a una marcha para este lunes.

Ya pasaron más de 30 horas desde que Alejandro Ochoa fue visto por última vez y crece el misterio en torno a lo que pudo haberle sucedido. Ayer domingo, para reclamar la aparición con vida del vecino de 35 años de la localidad de Cortaderas, que habría sido secuestrado luego de ser golpeado, se realizó un corte de ruta que se extendió hasta entrada la noche.

Allí estuvieron amigos y familiares del hombre desaparecido. Entre ellos, su hermano Fernando, quien aún no puede explicar por qué se lo llevaron.

No se baraja ninguna hipótesis y la familia solo cuenta con las declaraciones de dos testigos, las de los amigos que estuvieron junto a él durante las últimas horas antes de desconocer su paradero y que vieron cómo se lo llevaban de su casa "dos perfectos extraños encapuchados".

Fernando, consternado, en diálogo con El Corredor Noticias afirmó "no tenemos respuestas" y pidió la incorporación de más personal a la búsqueda. "No tenemos idea de lo que pudo suceder. Es un pibe muy bueno", manifestó.

 El caso

La búsqueda inició el sábado por la noche, cuando uno de los amigos del hombre apodado "Bebo" avisó que se lo habían llevado de su casa dos sujetos aparentemente encapuchados.

Según indicaron los familiares, Alejandro se encontraba en el campo junto a otros dos amigos haciendo arrope de caña. Uno de los amigos se fue a hacer las compras al pueblo, que está bastante alejado del lugar, y dejó junto a Ochoa y al otro muchacho a su hijo de seis años.

Al regresar, para las 19:15 aproximadamente, a metros de la casa, en una propiedad deshabitada, se encontró con dos personas que cubrían su cabeza. Inmediatamente fue en busca de Ochoa, que en ese momento se encontraba recolectando leña.

De acuerdo al relato del hombre, al acercarse el trabajador rural a los dos desconocidos, éstos, que estaban armados con escopetas, lo golpearon, maniataron y se lo llevaron hacia el campo. Su amigo, al ver lo sucedido, se escondió y, desesperado, salió hacia la casa donde hacía rato había dejado a su pequeño hijo y su otro amigo, pensando que algo les podría haber pasado también a ellos.
Una vez en el lugar, corrobora que los dos se encontraban sanos y salvos. Le cuenta lo ocurrido a su otro compañero y salen corriendo para alcanzarlos. Desde lejos, pudieron divisar que había estacionados, una camioneta Volkswagen Saveiro y un Gol Trend y que subieron "un bulto" a uno de los dos vehículos.

Tras anoticiarse de lo ocurrido, la familia inició una búsqueda que duró toda la noche del sábado y la mañana del domingo. En el transcurso de la jornada, se sumaron a los rastrillajes bomberos y policías.

Para la noche del domingo, ya se habían incorporado personal de COAR, Criminalística y de Investigación, a quienes la municipalidad les cedió una oficina para base de operaciones.

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