Un matrimonio asesinado, tres acusados y una historia de horror

Hoy comenzará en la Cámara Novena de la ciudad de Córdoba el juicio por el brutal crimen de un matrimonio de Bialet Massé, un hecho que conmocionó al Valle de Punilla y que tiene como acusados a tres jóvenes. La pareja fue hallada sin vida en agosto del 2019 en el interior de una vivienda en el barrio Suncho Huayco. 

Se trata de una historia de muerte con un trasfondo de horror y los imputados tienen entre 19 y 25 años. Uno había sido partícipe de un salvaje homicidio, con características similares, cuando tenía apenas 13 años.

Gustavo «Burrín» Carraro, Franco Demián «Carballo» López y Claudio «Pachu» Oliva se encuentran acusados por los delitos de «violación de domicilio, robo calificado por el uso de arma de fuego y homicidio reiterado criminis causae».

Todo hace presumir que los sospechosos ingresaron el pasado 6 de agosto a la vivienda donde se encontraban Elena Gómez (53) y Walter Reist (54) y los golpearon brutalmente para que les entregaran un dinero que iban a destinar a una operación inmobiliaria. También hay un cuarto involucrado en la causa, de apellido Arrieta, quien fue imputado por defraudación por retención indebida y falso testimonio, ya que tenía en su poder parte del dinero sustraído a la pareja.

El salvaje asesinato del matrimonio -reconocido por dedicarse la cría de animales- sacudió a los vecinos del barrio Suncho Huayco, ya que ambos cuerpos mostraban signos de haber sido sometidos a una tremenda golpiza y disparos en sus cabezas.

Uno de los acusados, «Carballo» López es reconocido en la zona y cuando apenas tenía 13 años, participó del crimen de dos jubilados ocurrido el 22 de marzo de 2014 en una casa de 9 de Julio al 400 (también en Bialet Massé). Isidro Peludero (78) y su pareja, Mafalda Castro (76), quienes fueron sorprendidos cuando dormían y torturados y rematados a palos por el sospechoso y otros dos jóvenes para llevarse sus ahorros.

Se trató del homicidio con autores más jóvenes (sin la participación de adultos) en la historia de los crímenes cordobeses. Cuando se inició la investigación para resolver el caso, se comprobó que era parte de una familia signada por el horror y la tragedia. La noche del homicidio, su hermana se quitó la vida cansada de los abusos sexuales a los que era sometida por sus padres y amigos.