La última jornada del juicio
La frialdad absoluta del asesino de Ivana Módica
El ex piloto confesó el crimen y dijo que «se le fue de las manos».
Javier Galván no mostró ni el más mínimo gesto al escuchar el relato de la fiscal Paula Kelm, en el marco de la jornada final por el femicidio de Ivana Módica que lo tiene sentado en el banquillo de los acusados. El ex piloto de la Fuerza Aérea mostró una frialdad extrema que incluso fue reprochada por los presentes.
El hombre confesó haber estrangulado a Módica, pero dijo: «Se me fue la mano».
Según su versión, el 11 de febrero discutieron, ella le pegó y durante un forcejeo, la víctima cayó al piso y él la estranguló. Luego vistió el cuerpo con ropa deportiva y lo arrojó en un tramo del Camino del Cuadrado.
Con la mirada fija y sus manos entrelazadas, la actitud llamó la atención incluso de la fiscal Kelm, quien se mostró sorprendida por «la ausencia de expresiones de emociones» por parte de Galván. En ese sentido, se conoció que la pericia psiquiátrica reveló que existía un «modo de vinculación superficial en sus relaciones» y que «no surgen referencias afectivas para con Ivana».
«Alto componente narcisista y de egocentrismo. Valores de agresividad y violencia encubierta, ausencia de expresiones de angustia y tristeza. Ausencia de resonancia afectiva y hubo comprensión de la criminalidad de sus actos»; son algunas de las características que se le atribuyen a Galván.