Punilla: Su ex pareja intentó matarla y sobrevivió para contarlo

Este lunes 6 de febrero comienza el juicio contra Cristian Molina, un ex policía acusado de haber intentado matar a su pareja el 23 de marzo de 2021 en Tanti. Esther Villán sobrevivió al disparo que recibió en la cabeza por parte de Molina y ahora revivirá el dolor para que finalmente se haga justicia.

Villán fue baleada por un sargento de la Departamental Punilla en un intento de femicidio que conmocionó al Valle de Punilla.

La pareja se conoció a finales del 2020, empezaron una relación y al poco tiempo, se fueron a vivir juntos por la insistencia de Molina. En ese momento, todo cambió en la relación y empezaron los maltratos físicos y psicológicos.

Esther Villán brindó una entrevista exclusiva a EL DIARIO y dió su testimonio para ayudar a otras mujeres a perder el miedo y denunciar la violencia de género.

«Fue un día que quisiera olvidar, sacarlo de mi mente en algún momento, pero es imposible. Fue muy traumático para mí y mi familia. Me llevó a no querer vivir, no querer seguir en Tanti, en un momento dije ´me hubiera muerto en ese momento´, antes de pasar por todo lo que pasé, una persecución de su familia, cerrar mi rotisería, fue un año de terror. Yo no podía ver un uniformado, porque solo lo veía a él»; aseveró.  

«Ese día, él se dio cuenta y sabía lo que estaba haciendo, él quería hacer lo que hizo. Recuerdo que después de lo que pasó, daba vueltas en el auto por el centro de Tanti. Yo le dije que me iba a tirar, que no le iba a dar el gusto de morirme desangrada. Me dejó en el dispensario, empecé a gritar que me quería matar. Cuando me estaban atendiendo y reacciono, entró un policía para decirme que lo habían detenido y me dio un ataque de nervios»; añadió.

Sobre el calvario que vivió, dijo: «Cuando él gritaba, yo me callaba para no generar más problemas. Yo siempre trataba de tener todo en orden para que él no se disguste. Los problemas comenzaron en la convivencia, antes él era impecable. Me hacía sentir que yo tenía la culpa de todo. Todo este tiempo pude ver que el problema no era yo. Los primeros tiempos me sentí muy culpable por haberle permitido entrar a mi casa, pensé que realmente era una buena persona, el insistía mucho con la convivencia».