Jóvenes le dieron una golpiza a un portero que les pidió que no orinen en un edificio
Buenos Aires. La mañana de ayer para Rubén (49), el encargado de un edificio del barrio porteño de Palermo, no fue como todos los días. Todo lo contrario. Fue salvaje y llena de la violencia. Mientras limpiaba la entrada del lugar en el que trabaja, un grupo de jóvenes se bajó de un auto, se acercó a centímetros del hall y comenzó a orinar. El hombre les recriminó pero la respuesta que recibió fue brutal: el grupo le arrojó botellas, piedras, lo molió a golpes y luego escapó. Rubén terminó en la guardia de un hospital.
Fuentes policiales confirmaron a Infobae que la agresión ocurrió hacia las 7:30 frente a un edificio ubicado sobre la avenida Córdoba al 4800, entre las calles Armenia y Gurruchaga. Allí, según les relató Rubén a los policías de la Comisaría Vecinal 14-A, varios individuos se bajaron de un auto Citröen Lounge de color blanco y comenzaron a orinar tanto en la vereda como en el ingreso del edificio.
El encargado -de acuerdo con su relato a los oficiales porteños- les pidió a los jóvenes que se retiraran y que lo hicieran en otro lugar. Entonces, del auto se bajaron más personas y entre todas comenzaron a agredir al trabajador de 49 años. En total, fueron cinco los atacantes.
La víctima se defendió con un palo de escoba de los botellazos y las piedras que le arrojaron. Testigos que presenciaron el ataque filmaron parte de la secuencia. En las imágenes se puede observar que Rubén se enfrentó a la patota incluso en el medio de la avenida Córdoba. En diálogo con El Trece desde la guardia de la clínica, el encargado dio más detalles de lo que pasó.
“Tengo dolor de cabeza y se me nubló la vista. Por eso fui a la guardia. Me pegaron con varias cosas. Me rodearon, me tiraron de todo. Botellas, piedras. Los dejé orinar en un principio pero comenzaron a meterse al lado del hall. Ahí les dije que lo hicieran en el tacho y se transformaron. Están locos”, dijo la víctima, quien reveló que la disputa se extendió por casi una hora. Ni la Policía ni ningún vecino intervino, pese a que a esa hora la zona ya es muy concurrida.
“Un cafetero se metió y también recibió piedrazos. Fueron 40 a 50 minutos peleando. Volvían y volvían y me tiraban cosas. Se me acercó una persona que me dijo que tenía un video. Me atacaron de todos lados”, recordó.