Se encontraba detenido en el Complejo Esperanza
Liberaron al «Orejudo» y volvió a su casa en Carlos Paz
Es uno de los menores acusados por el crimen de Sebastián Villarreal en Yofre Norte.Uno de los menores acusados por el crimen de Sebastián Villarreal, ocurrido en barrio Yofre Norte de la ciudad de Córdoba, fue liberado y dejó el Complejo Esperanza. Se trata del delincuente juvenil de 15 años que es conocido como «El Orejudo», quien retornó a la ciudad de Villa Carlos Paz.
Por el caso, se encuentran imputadas cinco personas: Axel Escada (18), Héctor Herrera (25) y Luciano Bustos (20) y dos menores. Uno de ellos, es el adolescente que a su corta edad ya tiene una carrera criminal.
«El Orejudo» quedó al cuidado de su familia y está vinculado al intento de robo de una moto Honda XR 190, que terminó en la muerte del comerciante, registrada el pasado 29 de febrero.
Villarreal tenía 46 años y se disponía a salir con destino a su trabajo cuando fue interceptado por motochorros, quienes (pese a que no opuso resistencia) le dispararon. La investigación está a cargo del fiscal Andrés Godoy, quien acusó a los detenidos por el presunto delito de homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma de fuego.
A mediados del 2022, Carlos Paz comenzó a sufrir una escalada imparable de robos de motos (se sustraían entre tres y cinco rodados por día) y muchas aparecían tiradas y desarmadas en baldíos a lo largo y ancho de la ciudad. Algunas coincidían con imágenes que menores compartían en Facebook e Instagram, donde tapaban sus rostros y posaban con las motos robadas.
Uno de esos pequeños delincuentes era «El Orejudo», que empezó a robar cuanto tenía 13 años. Fue detenido innumerables veces, pero entraba y salía de la comisaría. Cansados de la situación, los policías solicitaron a la justicia que se implementaran medidas más severas, pero el tiempo pasó y nada de eso sucedió. El joven creció en un hogar problemático. Vivía con su madre, una traficante de drogas que cuando era un niño, lo ponía a separar los estupefacientes en pequeños envoltorios que luego ella comercializaba entre sus clientes. Cuando la mujer fue detenida, a él lo mandaron a la casa de unos parientes en el Departamento Cruz del Eje. No logró permanecer allí mucho tiempo, ya se había aprendido algunos vicios y era imposible contenerlo.
Lo que siguió, fue el corolario de una historia que promete escribir nuevos capítulos.