Justicia
Carlos Paz: se quedó con autos y casas de un paciente e irá a juicio
El juez de Control en lo Penal Económico de la ciudad de Córdoba, Gustavo Hidalgo, elevó a juicio a Marcelo Eduardo Bazán, expresidente de la Fundación Dolto, por los delitos de estafa agravada por circunvención de incapaces reiterada (10 hechos) y falsedad ideológica.
Los hechos investigados afectan a un paciente de la fundación, N.A.L., quien atravesaba una situación de vulnerabilidad, agravada por el consumo problemático de alcohol y estupefacientes. Bazán aprovechó esta condición para manipular al paciente y obtener bienes materiales como automóviles de alta gama, camionetas e inmuebles, en transacciones que se llevaron a cabo tanto en la ciudad de Córdoba como en Villa Carlos Paz.
Bazán generó una dependencia total de N.A.L., controlando aspectos cruciales de su vida personal y económica. Las pruebas presentadas en la causa muestran cómo las decisiones del paciente no fueron libres, sino impuestas por Bazán, quien dirigía todos los aspectos de su vida, desde cuestiones económicas hasta relaciones personales en su consultorio de barrio Santa Rita.
Este caso se suma a una condena previa de abril de 2024, en la que Bazán fue hallado culpable de delitos contra la integridad sexual de otros tres pacientes de la fundación. La elevación a juicio en esta nueva causa pone en evidencia la extensión del abuso de poder y las estafas cometidas en perjuicio del paciente.
Juicio
Bazán ya había sido condenado por la Cámara 3° en lo Criminal y Correccional de la ciudad de Córdoba en abril de 2024 por haber sido encontrado culpable de delitos contra de la integridad sexual en perjuicio de otros tres pacientes de la fundación Dolto.
En esta nueva causa, tras descartar los argumentos defensivos, el juez Hidalgo sostuvo: “Numerosas constancias de la causa dan cuenta del estado de vulnerabilidad de N. A. L., de la conflictiva familiar en la que estaba inmerso y que Bazán abusó de sus necesidades para beneficiarse económicamente en perjuicio de su patrimonio.”
El magistrado agregó que “no surge sino la frágil personalidad que tenía N. A. L. al momento de conocer a Bazán y los conflictos que mantenía en ese momento con sus vínculos primarios; a lo que se suma asimismo el consumo de drogas, circunstancia claramente advertida y aprovechada por Bazán, para cumplir su designio delictivo, tal como lo demuestran distintas constancias de la causa.
La resolución también señala: “Las conclusiones expuestas por los distintos profesionales citados resultan concordantes no solo entre sí, sino también con el contenido de los diversos relatos obrantes en la causa de los numerosos testigos y de N. A. L. cuando describe la relación asimétrica que mantenía con su psicólogo en la época de la ocurrencia de los hechos y la manera en la que respondía a sus órdenes cual súbdito sin cuestionar absolutamente nada, todo lo cual analizado en conjunto, no deja lugar a dudas respecto a la evidente vulnerabilidad en la que se encontraba N. A. L. y la sumisión a la que fue reducido progresivamente por Bazán, generando una absoluta dependencia hacia él.”
Finalmente, el magistrado resaltó que las pruebas obrantes en la causa demuestran que las transacciones comerciales llevadas a cabo por N. A. L. “no eran decididos libremente” por él. “Todo lo concerniente a cuestiones económicas, como así también a aspectos de su vida personal y familiar eran decididas por Bazán -por ejemplo, seleccionar los invitados de su boda y obligarlo a planificar un hijo- hasta el trato con los empleados y clientes de su empresa, incluso llegando a decidir sobre la totalidad de los negocios”, añadió.
La resolución agrega que el imputado estaba “al mando de todo” y que intentó excluirlo de las ganancias de sus propios negocios -con la complicidad de personas de su confianza- que respondían a Bazán tanto dentro como fuera de la fundación.
De esta manera, el juez Hidalgo descartó los agravios de las defensas, relacionados con la atipicidad de la conducta de Bazán y el contexto de violencia de género de su expareja.