Tras las acusaciones de amenazas y violencia
Habló el pastor denunciado: «lo dejé en manos de Dios y la justicia»
Defendió su inocencia y dijo que detrás de las denuncias se esconde un hecho de «abuso sexual».El pastor que fue acusado de «extorsión y amenazas» por ex integrantes de su congregación, rompió el silencio y habló con EL DIARIO. «Lo deje en manos de Dios y en la justicia»; expresó el líder evangélico, quien había sido denunciado en la justicia por mujeres que solían frecuentar sus templos en Alta Gracia, Villa Carlos Paz y San Nicolás (Malagueño).
«Es totalmente ilegal hacer estas artimañas y juntar gente para que me denuncie, luego que nosotros pusimos luz. Es un manotazo de ahogado, nuestro ministerio tiene fichero de culto, estamos inscriptos y pagamos a las asambleas de Dios. A toda persona que ha hecho algo para la Iglesia, se lo hemos dejado en claro. La gente pide ayudar a la Iglesia, porque donde hay transparencia con la economía de la Iglesia, la gente quiere apoyar»; dijo el pastor denunciado.
Días atrás, se conoció una grave denuncia realizada por una vecina de Alta Gracia contra los referentes de la Iglesia «Jesús, fuente de vida», a quienes responsabilizó de haberla «amedrentado, golpeado y amenazado».
Concretamente, se manifestó que los pastores habrían ejercido «presiones» para cobrar el diezmo a los fieles. «Si no lo haces, comienzan con manipulación psicológica, a mostrarte desprecio, a apartarte y a intimidarte con personas cercanas a ellos»; expresó una de las víctimas, quien prefirió mantener su identidad en reserva.
En contraposición, el pastor manifestó su inocencia. En un texto difundido en sus redes sociales, responsabilizó de la situación a un hombre de 50 años, a quien identificó como un «abusador». «Este sucio solo compra gente como él. Gente que estuvo en neuropsiquiátricos le son testigos. No se dieron cuenta que este tipo abusó a mis niñas y quiso hacernos quedar mal y no apareció ni uno diciendo que le debo un peso»; expresó en su cuenta de Facebook.
«Vamos che, VCP, me viste en las calles dando de comer a los pobres, en los hospitales y en las cárceles llevando la palabra, vamos che, a cuántos adictos ayudé a salir, vamos che, a cuántas familias los casé y fueron felices. Que me juzgue Dios en todo lo que me equivoqué»; añadió en su descargo.