Turismo: tres pueblos de encanto para visitar en Córdoba
1- Los Reartes
Esta tiene el privilegio de ser una de las más antiguas del Valle de Calamuchita, que conserva sus raíces y su patrimonio cultural para que los visitantes conozcan la identidad local. El Pueblo Patrio propone una experiencia cultural e histórica que brinda la sensación de viajar en el tiempo, de nutrirse de su historia y disfrutar de un recorrido por varios edificios que hablan de la época colonial y del camino real, además de disfrutar de la gastronomía criolla, la tranquilidad y la naturaleza plena de este rincón serrano.
Para conocer sobre los comienzos, se propone una visita guiada por el Casco Histórico: se recorrerá la calle principal del pueblo, donde entre ladrillos y puertas de madera se encontrará la pulpería “Don Segundo Sombra”, lugar habitual de reunión de los parroquianos.
El recorrido continúa para admirar la belleza de La Capilla Inmaculada Concepción. Este edificio data de 1815 y con una estructura de líneas simples de adobe crudo, techos de tejas coloniales y puerta de dos hojas, es uno de los más emblemáticos de Los Reartes.
También podrán conocer las casonas de mediados del 1700, construcciones de adobe que fueron el casco de la estancia Copacabana que vio nacer a la localidad. Fue lugar de descanso de los viajeros y comerciantes que se trasladaban en el camino de tropas y carretas. Hoy abren sus puertas para servir a los turistas estofados de cordero, locro, humitas y empanadas criollas.
La experiencia propone llegar hasta el punto donde se encuentran los morteros aborígenes realizados por los comechingones, nativos de estas tierras. Y se completa con una aventura por las aguas cristalinas del Río Los Reartes. Podrán recorrerlo en kayak y disfrutar del paisaje, la flora y la fauna del lugar.
2- San Javier y Yacanto
Ambos poblados te invitan a disfrutar de una experiencia de turismo activo, rural y cultural, que pone en valor el trabajo del terruño en escala familiar con bodegas boutique que han obtenido vinos de alta calidad cuidando el medioambiente. Además, brindan al visitante una hermosa experiencia enoturística que, fusionada con el paisaje del bosque serrano, los diferentes ateliers de artistas radicados en la zona y alojamiento de gran categoría, completan una magnífica oferta.
Los viajeros experimentan una comunión con el bosque serrano, que se acompaña con ese delicioso vino cosechado a 900 msnm, un queso de cabra elaborado a escasos metros de las bodegas y un pan de masa madre cocinado en horno de barro. El silencio del paisaje se conjuga con el cantar de zorzales, horneros, siete colores y calandrias, y con la maravillosa vista hacia el cerro Champaquí, que muestra sus hondas quebradas y arroyos bajando de la sierra y trae en su aire fresco el perfume de tomillo, peperina y menta.
3- La Granja
El destino ubicado en las Sierras Chicas de Córdoba, invita a tomar contacto con el aire puro, respirar profundo y sentir la suave brisa serrana en el rostro. Un entorno natural conformado por un ambiente libre de contaminación auditiva. El embriagante aroma de las hierbas serranas es profundo y en las distintas épocas del año el reino vegetal se tiñe de diferentes colores. El sonido de las aves que habitan la zona acompaña durante la recorrida.
Al tratarse de áreas protegidas, los espacios naturales conservan intactos el monte y la fauna autóctona, que garantizan la biodiversidad y el equilibrio ambiental. Las noches se abren en cielos estrellados donde no llega la iluminación artificial, dando paso a la posibilidad de admirar las innumerables constelaciones en las diferentes épocas del año.
Se trata de una invitación a despertar el poder de admiración de lo que la naturaleza ofrece y regala. En el recorrido histórico, antiguas construcciones en distintos estados de conservación darán paso al juego de la imaginación mientras se escuchan las historias que por allí pasaron en las distintas épocas, relatadas por los lugareños que han recuperado las memorias que encierra el atractivo barrio de la localidad de Ascochinga.
Los espacios gastronómicos esperan a sus comensales, con el encanto de la comida casera y serrana, sumando sabores locales y la atención de los propios dueños. Como valor agregado, la ubicación de la localidad permite el acceso directo a otros atractivos a menos de 50 minutos de viaje. El visitante podrá disfrutar de teatros, estancias jesuíticas y paseos de compras en el caso de extender su estadía.