Vida saludable

¿Por qué nos ponemos colorados cuando sentimos vergüenza?

lunes, 22 de enero de 2024 · 10:08

Situaciones vergonzosas, de miedo o pudor, de temperaturas extremas o de sobresfuerzo, cualquiera de estas puede producir el enrojecimiento de la cara. El rubor afecta a todas las personas. Además, ponerse colorados, es algo que no se puede controlar, es difícil disimular y es una característica que solo tienen los seres humanos.

Charles Darwin la definió como ‘la más peculiar y la más humana de todas las expresiones’ y se relaciona con la teoría evolutiva que él mismo plantea.

Ponerse rojo es una reacción humana y natural que tiene el organismo. Es una respuesta fisiológica del sistema parasimpático. Éste se activa cuando se intuye que se cometió un error o se quiere ocultar algo. Además la vergüenza es una de las causas al igual que el miedo al ridículo, pudor, la mentira o cuando algo incomoda. También  cuando se experimenta cierto nivel de sorpresa, ira, alegría o exitación sexual.

Cuando se activa este sistema se agrega adrenalina a todo el torrente sanguíneo, aumenta la frecuencia cardíaca, se agita la respiración, las manos comienzan a transpirar, la sangre fluye más y las mejillas se sonrojan.

Además, según los expertos sostienen que si esto pasa demuestra el correcto funcionamiento del sistema autónomo y no tiene sentido intentar corregirlo.

Cuando sentimos vergüenza, experimentamos una serie de respuestas fisiológicas y emocionales. Una de las respuestas más visibles es el enrojecimiento de la piel, lo cual se debe en gran parte a la dilatación de los vasos sanguíneos en la superficie de la piel. Hay varias razones detrás de esto:

Respuesta de "lucha o huida": La vergüenza es una emoción que puede activar el sistema nervioso simpático, que prepara al cuerpo para la acción. Esto incluye la liberación de adrenalina y otros neurotransmisores que aumentan la frecuencia cardíaca y dilatan los vasos sanguíneos para mejorar el flujo de sangre hacia los músculos, lo que ayuda a preparar al cuerpo para una respuesta de "lucha o huida". La dilatación de los vasos sanguíneos en la piel es una parte de esta respuesta.

Aumento del flujo sanguíneo: Cuando experimentamos vergüenza, el flujo sanguíneo puede aumentar en la cara y el cuello debido a la respuesta de estrés. Esto puede hacer que la piel se enrojezca, especialmente en las mejillas, ya que estos son lugares donde los vasos sanguíneos están más cerca de la superficie.

Respuesta social y comunicativa: El enrojecimiento de la piel puede ser una respuesta social y comunicativa. Puede funcionar como una señal visible de que estamos experimentando una emoción incómoda, lo que a su vez puede influir en el comportamiento de los demás. La vergüenza a menudo está relacionada con una preocupación por la evaluación social, y el enrojecimiento puede ser una forma involuntaria de comunicar esta preocupación.

Respuesta psicológica: El enrojecimiento también puede ser una respuesta psicológica a la vergüenza. Cuando nos sentimos avergonzados, a menudo somos conscientes de ello, y esta conciencia puede aumentar la sensación de rubor.

Cómo evitarlo

Si bien es algo que no se puede corregir ya que los expertos sostiene que se “trata de una respuesta de las personas como mecanismo de protección a la interacción social, es una manera de demostrar nuestras emociones y, además, algo inherente al ser humano”.

Pero, además explicaron que si se estudian las situaciones que lo provocan y se analizan para poder relativizar, solucionar o modificar algo que pueda paliar ese tipo de emoción. Sin embargo, no se conseguirá eliminarlo del todo se pueden modificar la manera de entender la situaciones que lo provocan y enfrentarlas de otro modo.

Es importante destacar que no todas las personas reaccionan de la misma manera ante la vergüenza, y algunas pueden experimentar enrojecimiento más pronunciado que otras. Además, la vergüenza es una emoción compleja y puede estar influenciada por factores personales y culturales.

 

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