Vida saludable

¿La miel tiene fecha de vencimiento?

domingo, 17 de marzo de 2024 · 19:11

La miel es uno de los remedios caseros más populares para el tratamiento natural de la tos, el resfriado o la irritación de garganta y, de hecho, este alimento es consumido desde hace miles de años por sus potentes propiedades nutricionales. 

Esta sustancia dulce y amarillenta producida por las abejas es una gran fuente de energía, perfecta para desayunar, aunque también suele incluirse en la elaboración de algunas recetas para postres, guisos o salsas.

Sea cual sea el uso culinario, la miel destaca por su composición rica en azúcares, principalmente glucosa y fructosa, ácidos orgánicos, vitaminas, ácido fólico, aminoácidos esenciales, minerales, esteroles, polifenoles y enzimas.

¿Cómo aprovechar bien la miel para que no se deteriore?

Aunque la miel de abeja natural puede perdurar durante mucho tiempo en la despensa sin que caduque, incluso años, lo cierto es que la miel puede estropearse, "sobre todo aquellas que no han sido filtradas o pasterizadas".

Hay que tener en cuenta que la miel tiene fecha de consumo preferente y no de caducidad. Esto quiere decir que pasado el tiempo recomendado, el producto puede llegar a perder algunas de sus propiedades, como el sabor o la textura, pero su ingesta no supondría un riesgo para la salud. 

De hecho, es habitual que la miel se cristalice dependiendo de la temperatura o del tiempo que lleve almacenada. En este sentido, para conseguir que se mantenga fresca durante más tiempo, es aconsejable conservarla en tarros cerrados, lejos de la humedad y de focos directos de luz o calor. 

¿Cómo está compuesta la miel para que dure tanto?

La clave está en su composición, ya que su contenido mayoritario es azúcar y apenas contiene agua. "La miel tiene un contenido de agua tan bajo, que extrae agua de su entorno circundante, lo que significa que puede deshidratar las bacterias, evitando así su deterioro", explican desde la red de apicultores Ecocolmena. Por eso es tan importante conservar la miel en frascos bien cerrados para que no entre la humedad. 

Por otro lado, la acidez también influye en su conservación. "El ácido glucémico es el ácido dominante en la miel, producido por la acción de las secreciones de las abejas en la glucosa", añaden. Estos ácidos otorgan a la miel un pH bajo y al tener también poca cantidad de peróxido de hidrógeno "lo hace demasiado hostil para las bacterias", concluyen.

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