Mascotas

¿Por qué los perros se acuestan panza arriba?

martes, 5 de marzo de 2024 · 20:20

Si alguna vez tu perro se planta delante de ti panza arriba es probable que pienses que está adoptando una postura de sumisión y que tu reacción habitual sea responderle con una caricia en la zona.

Pero, ¿es eso lo que indica de verdad la posición del perro panza arriba? A continuación explicamos por qué un perro se tumba en esta postura y qué es lo que puede significar tanto si la adopta en casa como fuera.

El lenguaje corporal canino

Los perros no hablan y por eso nos toca aprender a comunicarnos con ellos echando mano de la comunicación no verbal. Entre perros se relacionan mucho a través del sentido del olfato, pero el nuestro no es tan fino como para comunicarnos de esa manera. Por lo tanto, nos queda su cuerpo y los sonidos que emiten.

¿Por qué mi perro me enseña la panza?

Un perro panza arriba nos enseñará toda su zona abdominal y pectoral, ya que va a mantener las patas delanteras dobladas. También suele dejar accesible el cuello, pues es habitual que eche la cabeza hacia atrás o hacia un lado.

A veces el perro se pone por completo panza arriba, pero otras permanece medio ladeado, levantando una pata trasera para enseñar el vientre. Además, puede adoptar esta posición cuando está solo, ante otro perro o con nosotros. La situación nos da una pista sobre su significado.

Un perro tranquilo panza arriba

Cuando nuestro perro está tumbado, ya sea descansando o durmiendo, es posible que lo descubramos panza arriba, aunque no suele ser una postura que prolongue por mucho tiempo. Es una posición que nos transmite una sensación de relajación extrema. Podemos deducirlo porque nos está mostrando zonas especialmente vulnerables.

En el tórax y el abdomen se encuentran todos sus órganos vitales y en el cuello tenemos importantes venas y arterias, además de la tráquea. Por lo tanto, hay que estar verdaderamente relajado para dejar expuestas estas zonas. Así, la segunda deducción que nos permite la postura es que el perro está feliz.

El perro que descansa panza arriba expresa bienestar y confianza en el ambiente en el que está. Un perro asustado o estresado no va a descansar en esta posición. En otras palabras, enseñar la barriga nos dice que el perro confía en nosotros y que se siente a gusto en su hogar.

Enseñar la panza muestra sumisión canina

Pero, dejando al margen el descanso, cuando un perro se postra ante una persona o un congénere panza arriba para muchos dueños es un signo de sumisión. Por ese motivo algunos incluso lo reciben con desagrado, ya que pretenden que su perro sea dominante. Otros, al contrario, lo interpretan como un adorable gesto de cariño.

En cualquier caso, lo que es cierto es que el perro está exponiendo partes vulnerables de su cuerpo con el objetivo de transmitirnos un mensaje. Podríamos traducirlo como un «no soy una amenaza» o «acaríciame». En estos casos es posible que aparezcan también señales de calma, como sacar la lengua, entrecerrar los ojos o bostezar.

Un mismo perro puede mostrar posturas de sumisión y, al contrario, de dominancia en distintas situaciones. Son formas de comunicación que evitan conflictos. Si hubiese violencia estaríamos hablando directamente de agresividad.

Comunicación de los cachorros

Pero, ¿cuál es el origen de que un perro muestre su barriga para transmitirnos paz? Hay que acudir a la etapa de cachorro para responder a esta pregunta. Cuando los pequeños nacen son por completo dependientes de su madre. Se arrastran, tienen los ojos cerrados y se dedican a comer, guiados por el olfato, y a dormir.

Ni siquiera son capaces de orinar o defecar solos. Para hacerlo necesitan que su madre los estimule pasándoles la lengua por la zona genital. Esta maniobra se facilita con el cachorro panza arriba. Así, de lo que era una función biológica para el cachorro se pasa a una comunicativa para mostrar que se es tan inofensivo como un bebé.

La función del juego

Por otra parte, la postura panza arriba puede aparecer en los rituales de juego tanto en cachorros como en perros adultos. Durante estas sesiones es habitual que todos los animales implicados adopten diferentes posiciones, que pueden ser las que consideramos de sumisión, pero también las de dominancia.

Los perros en estos momentos lúdicos alternan distintos papeles e intercambian roles. Forma parte del juego sano y es una muestra que estrecha los vínculos entre ellos, ya que fortalece su confianza. Nada puede hacerlo más que declararse por completo vulnerable ante otro. Además es la manera de asegurar que solo hay una intención lúdica.

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