Hogar y jardinería
Consejos útiles para cuidar una planta de lavanda en primavera
Con estas sencillas recomendaciones, podrá prosperar y contribuir a la belleza de tu hogar.Con la llegada de la primavera, muchas personas se sienten inspiradas a embellecer sus jardines y balcones. Entre las plantas más populares para el cultivo doméstico se encuentra la lavanda, conocida no solo por su brillante color y fragancia, sino también por sus propiedades aromáticas y medicinales.
Sin embargo, para asegurar que esta maravillosa planta florezca adecuadamente, es esencial brindarle los cuidados necesarios. Aquí te presentamos algunos consejos útiles para cuidar tu planta de lavanda durante esta estación.
La lavanda es una planta que requiere mucho sol. Busca un lugar en tu jardín o balcón que reciba al menos 6 a 8 horas de luz solar al día. Esto no solo ayudará a su crecimiento, sino que también intensificará su aroma. Si tu lavanda está en interiores, colócala cerca de una ventana soleada.
La lavanda prefiere suelos bien drenados y ligeramente ácidos. Asegúrate de que la tierra tenga buena ventilación; si es necesario, enmienda el suelo con arena o grava para mejorar su drenaje. Un sustrato inadecuado puede provocar encharcamientos y pudrición de raíces.
Durante la primavera, es fundamental establecer un régimen de riego adecuado. Aunque esta planta tolera la sequía, necesita un poco de agua durante los meses de crecimiento. Riégala solo cuando la parte superior del suelo esté seca al tacto, evitando que el agua se acumule en la base de la planta.
A diferencia de otras plantas, la lavanda no necesita un exceso de fertilizantes. Un fertilizante equilibrado a principios de primavera puede ayudar a promover su crecimiento, pero asegúrate de no excederte, ya que esto puede afectar la producción de flores.
La poda es un aspecto crucial para mantener la salud de la lavanda. A finales de la primavera, después de la floración, realiza una poda ligera, eliminando las flores marchitas y recortando un poco las ramas para fomentar un crecimiento compacto y frondoso. Esto no solo mejora la forma de la planta, sino que también promueve nuevas flores.
Esté atento a las plagas comunes de la lavanda, como pulgones y cochinillas. Un tratamiento natural con jabones insecticidas o soluciones a base de aceite de neem puede ser eficaz para controlar estas infestaciones. Además, fomentar la presencia de insectos benéficos como mariquitas puede ayudar a mantener a raya las plagas.
Una vez que las flores de lavanda estén en plena floración, es el momento ideal para cosecharlas. Se pueden utilizar en infusiones, sachets aromáticos o incluso en la cocina. La recolección se realiza cortando las varas en la base de la planta.