Receta de mousse de limón fácil y cremosa
La mousse de limón es un postre delicioso y refrescante, perfecto para cualquier ocasión. Su textura suave y su sabor cítrico lo convierten en una opción ideal para los amantes de los postres frescos y ligeros. Además, es una receta sencilla de hacer y no necesita horno, lo que la hace aún más práctica.
Ingredientes
400 g de leche condensada
400 g de crema de leche (nata para montar)
150 ml de jugo de limón fresco (aproximadamente 3-4 limones)
Ralladura de limón para decorar (opcional)
Preparación de la Mousse de Limón
Paso 1: Preparar los Ingredientes
Exprime los limones para obtener el jugo fresco. Cuela el jugo para evitar que queden semillas o pulpa.
Ralla la cáscara de un limón para decorar. La ralladura de limón añadirá un toque extra de sabor y un bonito aspecto al postre.
Paso 2: Montar la Crema
En un bol grande y frío, bate la crema de leche hasta que esté espesa y forme picos suaves. Puedes hacerlo con una batidora de mano o una batidora eléctrica. Es importante que no se sobrebata para evitar que se corte.
Paso 3: Mezclar la Leche Condensada y el Jugo de Limón
En otro bol, mezcla la leche condensada con el jugo de limón. Revuelve suavemente hasta que la mezcla espese. Notarás que al añadir el jugo de limón, la leche condensada se volverá más espesa gracias a la acidez del cítrico.
Paso 4: Incorporar la Crema Batida
Agrega la crema batida a la mezcla de leche condensada y limón. Hazlo poco a poco, con movimientos envolventes, para evitar que la crema pierda su volumen y la mousse quede aireada y esponjosa.
Paso 5: Refrigerar
Distribuye la mousse en recipientes individuales o en un bol grande. Cubre con papel film y lleva al refrigerador durante al menos 3 horas o hasta que esté bien firme.
Paso 6: Decorar y Servir
Antes de servir, decora la mousse de limón con la ralladura de limón para un toque fresco y colorido. También puedes añadir hojitas de menta para un extra de color.
Consejos
Usa ingredientes bien fríos: la crema de leche se monta mejor cuando está fría.
No te excedas en el batido de la crema para que la mousse tenga una textura suave y ligera.
Prueba la acidez: si prefieres una mousse más dulce, reduce un poco el jugo de limón o añade más leche condensada.