Curiosidades
El origen de los dichos más populares: capítulo seis
Un repaso por algunos de los refranes y dichos más populares en nuestro país.Lola Rublev, para El Diario de Carlos Paz
Según el Diccionario de la Real Academia Española el refrán es: "un dicho agudo y sentencioso de uso común". La cultura argentina está llena de dichos y refranes populares que se transmiten de generación en generación, y son una forma de expresión que refleja la riqueza cultural de nuestro país.
Hoy: El origen de la expresión "Mucho ruido y pocas nueces"
La expresión "Mucho ruido y pocas nueces" es un refrán que ha perdurado en el tiempo, utilizado para describir situaciones en las que se genera un gran alboroto o preocupación por algo que, al final, resulta ser insignificante o sin importancia real. Si bien este popular dicho tiene sus raíces en la obra del renombrado dramaturgo inglés William Shakespeare, específicamente en su comedia "Mucho ruido y pocas nueces" escrita alrededor de 1598, la tradición oral argentina la adoptado como propia.
La trama de la obra se centra en enredos amorosos y malentendidos entre los personajes, y la frase se pronuncia en el Acto 2, Escena 3, por el personaje Claudio. Aunque el contexto original de la expresión se relaciona con los enredos de la trama, la metáfora se ha generalizado y adoptado en el lenguaje cotidiano para señalar la sobrevaloración de situaciones o la exageración de problemas que carecen de importancia real.
Este refrán ha trascendido las barreras del teatro isabelino para convertirse en un componente clave del vocabulario cotidiano, utilizado para describir eventos en los que se genera una gran expectación o preocupación pública, pero que al final no tienen consecuencias significativas. La expresión destaca la disparidad entre la magnitud del "ruido" creado en torno a un tema y la falta de sustancia real, representada simbólicamente por las "pocas nueces".
La expresión "Mucho ruido y pocas nueces" continúa siendo una parte integral del idioma, sirviendo como un recordatorio de que, a veces, la apariencia no refleja la realidad y que, detrás de toda la agitación, puede haber muy poco de importancia verdadera.