Mascotas
¿Por qué la dieta de los perros es más variada que la de los gatos?
Perros y gatos son animales que comparten el cariño de sus dueños, el deseo de compañía y el disfrute de los mimos. Sin embargo, si hay algo que ambos aman profundamente, es la comida. Ahora bien, aunque convivan en la misma casa, sus necesidades nutricionales son totalmente diferentes, y entender esta diferencia es clave para garantizar su bienestar.
¿Por qué los perros y los gatos no pueden comer lo mismo?
Según un estudio del Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires, tanto los canes como los felinos deben llevar una alimentación equilibrada que incluya agua, proteínas, hidratos de carbono, grasas saludables, minerales y vitaminas. No obstante, al tratarse de especies biológicamente distintas, su metabolismo, sus órganos digestivos y hasta su percepción del sabor difieren, lo que explica por qué sus alimentos deben ser específicos y no intercambiables.
Diferencias biológicas que explican su alimentación
La principal razón por la que los gatos y los perros comen de forma distinta radica en su naturaleza biológica:
Los gatos son carnívoros estrictos, lo que significa que su organismo está diseñado exclusivamente para digerir proteínas animales. Necesitan nutrientes esenciales como la taurina, la arginina y la vitamina A en formas que solo se encuentran en los tejidos animales.
Los perros son omnívoros adaptados, capaces de procesar tanto proteínas animales como vegetales. Aunque prefieren la carne, pueden digerir frutas, verduras y cereales, lo que les permite tener una dieta más flexible.
El sabor también influye: ¿qué prefiere cada uno?
La diferencia genética también tiene un papel importante en sus preferencias alimentarias. Estudios científicos han demostrado que los gatos tienen una mutación en el gen Tas1r2, lo que les impide producir la proteína necesaria para detectar el sabor dulce. Por eso, los alimentos dulces no les resultan atractivos.
En cambio, los gatos prefieren sabores más intensos y salados, especialmente los que se encuentran en alimentos como el atún o el pollo. Por su parte, los perros disfrutan de una gama más amplia de sabores, incluyendo los dulces, y pueden saborear tanto frutas como verduras, además de carnes cocidas.
Qué alimentos pueden comer los perros sin riesgos
Aunque los perros suelen aceptar casi cualquier comida que se les ofrezca, no todo lo que comen es saludable o seguro. De hecho, alimentarlos con sobras de la mesa puede generarles problemas digestivos, sobre todo si los alimentos están condimentados, contienen sal, azúcar o grasas procesadas.
A continuación, algunos alimentos seguros para perros:
Frutas seguras: manzana sin semillas, banana, sandía, melón o pera (en pequeñas cantidades).
Verduras recomendadas: zanahoria, boniato cocido, calabaza, zapallito, pepino.
Proteínas animales: pollo cocido sin sal ni huesos, carne magra cocida y desmenuzada, pescado cocido sin espinas ni condimentos.
Otros alimentos saludables: huevos cocidos, arroz blanco o integral en pequeñas porciones, yogures sin azúcar de forma ocasional.
Alimentos prohibidos para perros
Hay ciertos ingredientes comunes en la cocina humana que pueden resultar tóxicos o incluso mortales para los perros. Entre ellos se encuentran:
- Chocolate
- Cebolla y ajo
- Palta (aguacate)
- Uvas y pasas
- Café y bebidas con cafeína
- Alimentos con alcohol o edulcorantes como el xilitol
Estos productos pueden provocar desde vómitos y diarreas hasta intoxicaciones graves, fallos hepáticos o renales.
Aunque perros y gatos compartan el amor de sus humanos, cada uno necesita una alimentación acorde a su especie, biología y genética. Conocer estas diferencias y alimentarlos de forma adecuada es un acto fundamental de cuidado y responsabilidad.