Médico de terapia intensiva de España dice que "nadie debe morir en soledad por COVID-19

viernes, 7 de agosto de 2020 · 00:00

Luchó. Estuvo en el frente, cuerpo a cuerpo en el pico de la pandemia de Coronavirus en España. Vio cerrar los ojos para siempre de centenares de personas.

El médico español José Carlos Igeño contó Infobae cómo las Unidades de Cuidados Intensivos se están humanizando en España, para que enfermos y moribundos puedan estar cerca de sus seres queridos, sin riesgo de contagiarse

Por Soledad Blardone

“Nadie debe morir en soledad por COVID-19: esto no puede volver a pasarnos nunca más” (Reuters)

Ninguna otra enfermedad nos ha enfrentado a un panorama tan desolador y a un futuro tan incierto como el COVID-19. La imposibilidad de que las familias puedan acompañar al paciente durante la internación -o en su funeral- está dejando graves problemas psicológicos en todo el mundo. Y es que el coronavirus parece haber llegado para trastocar todo lo ya conocido y, peor aún, para deshumanizarnos.

La última mirada que se llevan los moribundos y la mano que los sostiene en sus últimos instantes ya no es más la de un ser querido: es la de los médicos y enfermeros que los acompañan de manera incondicional. El COVID-19 golpea duramente el organismo, pero aún lo hace con más fuerza en el corazón de los pacientes y en el de sus familiares, que no encuentran consuelo cuando se dan cuenta que ya no volverán a ver con vida a ese ser querido.

En España y a través del Proyecto HU-CI (Humanizando los Cuidados Intensivos), un grupo de profesionales lucha por revertir ese final tan desgarrador. Uno de sus integrantes es el Dr. José Carlos Igeño, un prestigioso médico intensivista que se desempeña como jefe de Urgencias y de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital San Juan de Dios de Córdoba, quien le contó a Infobae la vital importancia de esta iniciativa que debería ser imitada en cada país.

El Dr. Igeño es uno de los 26 miembros del Proyecto HU-CI, cuyo objetivo es lograr una atención cercana al enfermo y a su familia, la escucha activa y la flexibilización de los horarios de visita en las instituciones médicas, entre otros puntos importantes. Tomando todos los recaudos necesarios, este profesional ha permitido que, en el hospital donde trabaja, los familiares de los enfermos de COVID-19 puedan despedirse de los enfermos, prestándoles un EPI (equipo de protección personal), el mismo que usan los médicos para evitar el contagio, manteniendo el distanciamiento preventivo y permaneciendo unos minutos frente al paciente en un box aislado.

El profesional consultado por Infobae asegura que ese contacto es tan importante para los enfermos como para sus familiares, pero también, les lleva a alivio a los médicos, que se sienten reconfortados al poder ver que la última mirada que cruzan sus pacientes es con la de sus seres queridos: así es la despedida final frente al COVID-19.

Igeño busca que esta modalidad se replique en otros hospitales y centros de atención, ya que asegura que genera un gran bienestar al paciente, incluso, cuando puede ser visitado de ese mismo modo durante la internación.

“Esta es una enfermedad que está caracterizada por el miedo y la soledad. Es muy deshumanizante... es realmente inhumana y ataca a nivel físico, pero también, lo hace a nivel psicológico a los pacientes, a los familiares y a los profesionales de la salud. Después de la parte más dura de la pandemia, se ve el daño psicológico que dejó. Porque quienes ingresaban en la UCI, incluso cuando ya no estaban sedados, estaban solos. Las familias no podían ir al hospital, algunas estaban enfermas en casa, pero otras estaban sanas y regía la prohibición de visitas. Y los pacientes seguían solos. Entonces, la Sociedad Española de Medicina Intensiva hizo unas recomendaciones para el plan de desescalada”, le cuenta a Infobae el Dr Igeño.

“Se han dado cuenta de la importancia que tiene este tema de la humanización de los Cuidados Intensivos y de cuidar, también, el aspecto psicológico del paciente, de los familiares y de los profesionales. Ahora, se aconseja que los enfermos que están dentro de la UCI puedan recibir visitas, siempre conservando las medidas de seguridad al otro lado de la puerta de vidrio, sin tener que entrar. Si la UCI es abierta, pueden ingresar con la distancia necesaria y con el EPI colocado. Esto es lo que se aconseja, independientemente de que se pueda llevar o no a la práctica”, explica.

“En el caso de los moribundos, se sugiere que los familiares puedan entrar dentro del box con el equipo de protección. Nadie debe morir solo. Esto no puede volver a pasarnos nunca más. Los médicos tenemos que intentar curar a las personas, pero también, debemos paliar el sufrimiento”, indica el profesional.

“Esto es lo que se recomienda que se haga en todas las UCI del país. Ahora, tenemos a muy pocos pacientes ingresados por COVID-19 en toda España y ese procedimiento se recomienda para la segunda ola”, advierte.

 

Fuente Infobae.

 

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